Aritz INTXUSTA IRUÑEA
Crisis en UPN a medio año de las elecciones

Salanueva reaviva la guerra por el control de UPN al exigir primarias

La frágil paz interna dentro de UPN ha saltado por los aires. Amelia Salanueva, la persona con más tirón dentro del sector de Miguel Sanz, reventó ayer los planes sucesorios de Yolanda Barcina pidiendo saltarse los protocolos y convocar primarias. Se da por hecho que Salanueva se postulará mientras siguen las dudas sobre por qué la presidenta ha decidido echarse atrás generando una situación tan insólita como peligrosa para su partido y, sobre todo, sus colaboradores.

Barcina se mostró débil al retirarse como candidata y el sector de Miguel Sanz ha aprovechado para golpear. La encargada ha sido la senadora Amelia Salanueva, que exigió anoche primarias y dejó en una situación muy comprometida a la actual dirección de UPN. Si aceptan, los dos bandos que se disputaron el partido en el congreso de 2013 se volverán a ver las caras. Si rechaza las primarias, Barcina se juega romper el partido y perder una serie de votos que pueden ser necesarios en la cita electoral más complicada que se recuerda para que la formación mantenga el poder. Y eso que apenas faltan seis meses.

«Las designaciones a dedo se han acabado», proclamó Salanueva a la agencia Europa Press. La senadora, compañera en las juventudes del partido del exaspirante Alberto Catalán, sostiene que esta es una situación extraordinaria y que «una situación excepcional requiere procedimientos excepcionales pero sencillos». El procedimiento es que toda la militancia vote.

Salanueva fue uno de los mejores fichajes de Catalán y, de hecho, fue la segunda más votada de la lista abierta del perdedor. Le faltó apenas un puñado de apoyos para ganarse un puesto en la Ejecutiva por derecho propio. Actualmente este organismo es monocolor y, debido al liderazgo tan fuerte que a la presidenta tanto le gusta, está compuesta por políticos bastante mediocres y con poca trayectoria en el partido.

En su día, el timorato presidente del Parlamento decidió mantenerse al margen de cualquier intento de derrocar a Barcina, pero muchas de las personas que se agruparon en torno a él siguieron conspirando contra Barcina con Sanz y Salanueva a la cabeza. Y la decisión de echarse atrás mes y medio después de haberse proclamado candidata, ha sido su momento.

En este sector crítico están Faustino León, Francisco Iribarren (padre político del consejero José Javier Esparza y hasta ayer favorito en la sucesión), Juan Ramón Corpas y Pedro Pegenaute, entre otros. Entre todos, habían impulsado a Salanueva y fue ella quien remitió a Barcina en su día sus críticas por escrito. La puesta en escena del nacimiento de este grupo, en el que están muchos de los artífices de la ruina de CAN y quienes más dietas cobraron, ocurrió este mismo mes de octubre. No obstante, las reuniones de los críticos han sido constantes desde que Barcina tumbara a Catalán en marzo de 2013. Entonces, la presidenta se impuso por tan solo 76 votos y eso que empleó la amenaza de tirar el Gobierno y convocar elecciones si su sector perdía.

¿Por qué se retira Barcina?

Han transcurrido 72 días, apenas dos meses y medio, desde que Yolanda Barcina fuera nombrada candidata por aclamación hasta que decidiera apartarse con lágrimas en los ojos. Poco se sabe sobre el cuándo y el por qué la presidenta ha dado un paso atrás generando una situación tan insólita, de estas que solo se abren cuando corren nuevos aires en la política. Ayer, el medio de cabecera de UPN, aquel que siempre emplea a Barcina para transmitir sus mensajes a su electorado, sostuvo que sus principales colaboradores no supieron de la decisión hasta una comida celebrada el mismo lunes. Y sin embargo, en el PSN se jactan de que lo saben desde el domingo.

Diversas fuentes apuntan a que Barcina tomó esta decisión el mismo fin de semana. O que, en todo caso, «el jueves estaba convencida al cien por cien de que ella sería la candidata» y así se lo trasladó a personajes de importancia del ámbito económico. Siguiendo esta tesis, todo apunta a que la decisión, además, se tomó en Madrid, donde se ubica a la presidenta desde el sábado pasado, aunque su visita a la capital del Estado no tuvo que ver con su agenda oficial como presidenta navarra.

La versión ofrecida por personas del entorno del PSN es que, ya el domingo, la decisión de que Barcina iba a apartarse a un lado estaba tomada. Desconocían cuándo se iba a hacer público y algunos detalles, pero sí que el compromiso de la presidenta de la presidenta era apartarse. Este periódico no ha conseguido saber si el detonante ha sido algún tipo de negociación o, simplemente, que los resultados que pronostican las encuestas no dan mayoría para reeditar un acuerdo que preserve al régimen ante la pujanza de la necesidad de cambio. En todo caso, lo que resulta una explicación insuficiente es que Barcina haya entregado finalmente su cabeza como conditio sine qua non para volver al acuerdo con PSN. En las últimas semanas, la formación que ahora dirige María Chivite ya había vuelto a la senda del entendimiento con UPN. Y, de sumar 26 escaños entre ambos en mayo, está socialmente asumido que pactarán. Aun con todo, está claro que si Barcina se queda a un lado, lo facilita.

Lo que sí ha cambiado recientemente es la relación entre los partidos que apuntalan el régimen desde Madrid: PSOE y PP. Barcina disfrutó de una muy buena acogida en Madrid mientras servía al PP para criticar al PSOE. Sin embargo, con la llegada de Pedro Sánchez y en vistas de que la irrupción de Podemos puede obligar a un gobierno de «unidad nacional», personajes como Barcina resultan incómodos. Y eso se lo ha dejado muy claro el ministro Cristóbal Montoro. Tampoco su reciente vinculación con Francisco Pizarro, que tiene una mala relación personal con Mariano Rajoy, le habría sido de gran ayuda.

Una polémica agria en Nafarroa sobra cuando Rajoy hace esfuerzos para el entendimiento como el de sacrificar la Ley del Aborto, ministro de Justicia incluido, o cuando PP y PSOE mandan una delegación conjunta a Catalunya (encabezada por Pedro Arriola y José Enrique Serrano). Y tal y como está la actual situación económica navarra, con el IVA de Volkswagen amenazando su viabilidad, Madrid tiene una capacidad enorme para hacer que Barcina renuncie a sus intenciones.

El PP le llama «valiente»

Alfonso Alonso, portavoz del PP en Madrid, recibió con buenas palabras la retirada de Barcina y manifestó su deseo de que siga la colaboración entre UPN y PP «como hasta ahora». La felicitó por su labor pública «en tiempos muy difíciles»

Viejo «Navarrómetro»

El próximo día 21 de noviembre verá la luz la encuesta del «Navarrómetro» que medirá la intención de voto y la popularidad de los líderes políticos. Sin embargo, no se preguntará por el nuevo candidato de UPN y tampoco por Adolfo Araiz (EH Bildu).

«Es buena una renovación»

La presidenta concedió ayer una entrevista a Onda Cero, en la que sin asumir su desgaste por los continuos escándalos, sí que llegó a afirmar que «en estos momentos también es bueno una renovación y quien lleva tanto en la vida ejecutiva también tiene que saber por normalidad democrática decir en un momento que se retira». Barcina, no obstante, se sigue viendo como uno de los principales activos del partido: «Las personas somos como los jugadores de un equipo de fútbol, el que es del Real Madrid en un momento determinado puede tener a Ronaldo o a otros, cambiamos los jugadores pero el equipo es lo importante y ahí voy a estar yo para ayudar, pero no en primera línea ejecutiva».

Las explicaciones sobre cuál será el rol que pretende ejercer Barcina a partir de ahora distan mucho de ser coherentes. Por un lado, reiteró: «Yo soy la presidenta de UPN elegida en el congreso en 2013 y voy a seguir siendo presidenta hasta 2017. Es más, me he ofrecido en mi partido para ir en las listas al Parlamento en posición de salida: el dos, el tres o el cuatro». Y, sin embargo, aduce también que es el momento para recuperar su vida familiar e incluso se le escapa la palabra «retirada» y de poner un punto y final tras «19 años de gestión en primera fila política». También aseguró que piensa aprovechar la nueva etapa para viajar un poco más y que, aunque seguirá viviendo en Nafarroa, pretende moverse «por España, cosa que he hecho también». Últimamente, se había rumoreado que la presidenta había adquirido o tenía previsto comprar un piso en Madrid, concretamente se habla de un ático. A.I.

Sanz se dice neutral

Sanz, que dijo haberse enterado por los medios de comunicación, no quiso opinar, porque no tiene «todavía claro por dónde van los tiros». Sobre el proceso que se abre, aseguró que no participará hasta que no se lo pidan desde el partido.