GARA PARÍS
Ataque contra la revista «Charlie Hebdo»

Cientos de policías en una «caza al hombre» al norte de París

Una impresionante «caza del hombre» se desarrollaba en Villers-Cotterets, al norte de París, donde la Policía sospechaba que se ocultaban los sospechosos del ataque contra el semanario «Charlie Hebdo», que dejó una docena de muertos. Fueron identificados como los hermanos Cherif y Said Kouachi, vinculados por los servicios de seguridad franceses a actividades yihadistas. El ministro del Interior advirtió de que, pese a haberlos vigilado, «no existe riego cero».

Una impresionante cacería del hombre tenía lugar ayer sobre la pista de dos hermanos a los que la Policía acusa de ser los autores del atentado contra el semanario «Charlie Hebdo» en el que murieron 12 personas y que ha conmocionado al Estado francés. Hombres del RAID y del GIGN, las unidades de élite de la Policía y la Gendarmería registraban bajo la lluvia la región de Picardía, donde se decretó el máximo nivel de «alerta antiterrorista».

Las fuerzas policiales se desplegaron cerca de Villers-Cotterêts, a 80 kilómetros al nordeste de París, donde se creía que se encontraban los sospechosos, según había alertado el encargado de una gasolinera, que dijo que le habían atracado.

Se trata de Cherif y Said Kouachi, de 32 y 34 años, hermanos de nacionalidad francesa y nacidos en París. El empleado de la estación de servicio dijo haber «reconocido oficialmente» a los dos huidos, enmascarados y con fusiles kalashnikov y lo que parecían ser lanzacohetes.

Cerca de allí, se encontró además el vehículo utilizado para huir después del atentado. La pista yihadista cobró mayor relevancia al descubrirse en el interior del vehículo que los sospechosos abandonaron en París una bandera del Estado Islámico diez cócteles molotov y un cargador de kalashnikov vacío.

En principio, los fugitivos no tenían otro coche pero la redada policial en un área de varios cientos de kilómetros cuadrados, muy boscosa, hacía prever que fuera larga y complicada.

Los habitantes de Villers-Cotterets, a 80 kilómetros al norte de París, vivían la angustia de ver surgir en su jardín o a la vuelta de un cruce a uno de los sospechosos. La escena se repetía decenas de veces en las calles de Corcy, un pueblo de 360 habitantes en medio del bosque: en grupos de cuatro o cinco, policías y gendarmes tomaban posiciones en torno a un jardín, un garaje o cualquier recodo. Dos permanecen detrás con el ojo sobre el visor de su arma automática apuntando al lugar donde podrían esconderse los huidos, mientras otro, con casco y chaleco antibalas avanza con prudencia. El cerco minucioso se hacía en silencio. Gendarmes y policías, a veces acompañados por un médico, se comunican por radio y por gestos, mientras los habitantes lo ven entre la incredulidad y el miedo.

Fue un carné de identidad abandonado en el coche el que permitió la identificación de los hermanos Kouachi. Cherif era conocido por los servicios de seguridad franceses. Fue condenado en 2008 a tres años de prisión por haber participado en el envío de combatientes para Al Qaeda en Irak, aunque no se informó de que hubiera viajado a este país ni a Siria. Según «Le Point», la célula en la que participaba envió a una docena de jóvenes parisinos a Irak entre 2003 y 2005. Dos años después la Policía relacionó a Said con el intento de fuga de prisión de un exmiembro del Grupo Islámico Armado argelino (GIA). «Le Figaro» publicó que en los registros la Policía encontró un billete de avión a Damasco y documentos que detallan el funcionamiento de un kalashnikov.

Al menos otras nueve personas relacionadas con ellos fueron detenidas. Un joven de 18 años que también era buscado se entregó a la Policía en la noche del miércoles.

Policía muerta en otro ataque

El ambiente de tensión extrema que se vivía durante la jornada de duelo de ayer aumentó con la muerte de una policía municipal en prácticas en un tiroteo en Montroug, un barrio al sur de París, menos de 24 horas después de la matanza en «Charlie Hebdo». Policías municipales acudieron a una llamada por un accidente de tráfico al lugar donde fueron tiroteados. Un empleado de la carretera resultó herido grave.

Aunque el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, lo desvinculó del ataque contra el semanario, el caso fue puesto en manos de jueces «antiterroristas» y se buscaba al sospechoso, que también logró huir, protegido por un escudo antibalas y con un arma ligera y un fusil ametrallador. El vehículo en el que huyó fue encontrado en al ciudad vecina de Arcueil y su pista se perdió en el barrio de La Defense.

Este atentado y el hecho de que los sospechosos del primero fueran conocidos de los servicios «antiterroristas» franceses confirmaba lo que reconocía el primer ministro, Manuel Valls: «Estos individuos eran seguidos, pero no hay riesgo cero», o el ministro del Interior, que confirmó que habían sido vigilados pero «su estatus no era judicial. No había elementos relacionados con ellos que presagiaran la inminencia de un atentado». Una fuente policial confirmó a AFP que no eran vigilados «en tanto que objetivos que pudieran pasar a la acción», aunque Cherif era objeto de un informe S (Seguridad del Estado).

A la amenaza yihadista tradicional desde los años 80 se añade ahora la de cientos de yihadistas que han pasado por Irak y Siria, que multiplica los sospechosos y las falsas pistas de yihadistas entrenados, lobos solitarios o iluminados de todo tipo, ante lo que se plantea el problema de la imposible vigilancia universal de dudosa eficacia y escasas garantías democráticas.

Alabanzas yihadistas a los autores del atentado

El grupo yihadista Estado Islámico (EI) calificó ayer de «héroes» a los autores del atentado contra «Charlie Hebdo», en un boletín informativo de su emisora de radio por internet Al Bayán. Un locutor anunció que «combatientes heroicos mataron a doce periodistas e hirieron a otros diez que trabajaban en la publicación francesa «Charlie Hebdo»». Afirmó que el semanario galo «no ha dejado de socavar la figura del profeta» y subrayó que, entre los fallecidos, «hay dibujantes de caricaturas que se burlaron del islam». Igualmente, Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) celebró en Twitter el ataque y describió a sus autores como «caballeros de la verdad», según el portal SITE, que vigila la actividad islamista en Internet. AQMI ha secuestrado a varios ciudadanos franceses en los últimos años y se ha enfrentado con las tropas galas en Malí. También en la red Youtube apareció un vídeo titulado «Hemos vengado al Profeta» en el que se intercalan imágenes del atentado con mensajes previos de «advertencia». Además, la yihadista marroquí Fatiha Meyati, publicó desde Raqa (Siria) un fotomontaje en Facebook con un poema en francés donde se anuncia la llegada de la yihad a Francia, con el título: «Francia, qué mala suerte: se acabó eso de al metro, al trabajo y a dormir». GARA

El Estado Islámico en Libia dice haber matado a dos periodistas tunecinos

Un grupo fiel al Estado Islámico (EI) en Libia anunció ayer en un foro yihadista la ejecución de dos periodistas tunecinos desaparecidos desde hace meses en ese país. Sofián Churabi y Nadir al Qitari, redactor y camarógrafo desaparecidos desde el 8 de setiembre, aparecen fotografiados en una página de la Wilaya de Barka (este del país), creada por un grupo fiel al EI, junto a un yihadista en ropa de combate y enmascarado que porta un arma en el momento previo a la supuesta ejecución. El Ministerio tunecino de Exteriores aseguró que no había recibido notificación oficial al respecto por parte de las autoridades libias y que estaba tratando de «verificar la información». Según la página de internet -que contiene la bandera negra salafista, los logos del EI, aunque también una fotografía de Osama bin Laden- los dos periodistas trabajan para una cadena de televisión que «lucha contra la religión y siembra el mal en la Tierra». En la última imagen, que aparece muy oscura, se anuncia que se ha aplicado a los periodistas «la ejecución de la sentencia de Alá». GARA