Ingo NIEBEL
Colonia

A Merkel le gusta hablar de la digitalización pero es difícil realizarla

Super Mario, Batman y otros héroes de los videojuegos posaron con Merkel en la Gamescom. La canciller usó esa especial feria para hacer campaña electoral hablando de sus temas preferidos, la digitalización y la industrialización 4.0 de Alemania y de la UE.

Angela Merkel (CDU) es la primera mujer que resultó elegida canciller y también la primera jefa de Gobierno alemana que ha inaugurado la Gamescom, la exposición internacional de videojuegos, cuya novena edición se celebró en Colonia. Pero más que jugar –solo se le vio durante 20 segundos con una consola en la mano manejando un simulacro de agricultura–, Merkel prefirió hablar sobre la «digitalización», uno de sus temas preferidos. Su aparición en esta feria encaja en una estrategia: desde principios de año, la canciller quiere asentar el tema en la sociedad porque, según una reciente encuesta, una de las preocupaciones de los alemanes es que todos los niños tengan el mismo acceso a la educación.

«Videojuegos y juegos de ordenador son de máxima importancia por ser patrimonio cultural, motor de innovación y factor económico», dijo Merkel en la Gamescom, ganándose así la simpatía del público. «Por eso una de nuestras grandes prioridades es la extensión de la banda ancha, y no solo hasta los 50 megabits por segundo, sino hasta la zona de los gigabits». Técnicamente, es posible que por fibra óptica pasen datos con la velocidad de 1.000 megabits por segundo. Voces críticas dicen que aún carecemos de servicios para la sociedad en general que precisan esta altísima velocidad.

Como siempre, se plantea si tiene que existir primero esta tecnología para abrir nuevos espacios industriales y comerciales o si hay que esperar a que surjan estos últimos para que lo reclamen. Merkel, que se doctoró en Física, piensa más allá de las consolas, de los programas educativos y de ocio. Cuando se refiere a la digitalización, incluye también la «industrialización 4.0», a la que suma los videojuegos pero también las nuevas técnicas de 3D, la inteligencia artificial, la realidad virtual y aumentada. Reconoce la diversidad de las diferentes tecnologías pero al mismo tiempo asume su interdisciplinariedad. Esta visión se enmarca en la creación de un mercado único digital en el ámbito de la Unión Europea.

Una cosa es la fama y otra la realidad

Alemania vive de su fama de ser el campeón mundial en la exportación de sus productos y de la estima que estos últimos gozan por el “made in Germany”. Sin embargo, la realidad de la digitalización es otra si se mira a los diferentes ranking internacionales. Empezando con la digitalización de los servicios públicos, Alemania ocupa solo el puesto 20 entre los 28 miembros de la UE, por detrás de los estados británico, francés y español. Para cambiar el panorama, los partidos políticos prometen en sus programas electorales que van a ampliar la red de banda ancha por toda Alemania pero, por lo general, lo hacen sin revelar cómo van a financiar el camino hacia la “sociedad de gigabits”. Solo el partido socialista Die Linke (La Izquierda) dice que para ello quiere subir «de forma justa» los impuestos.

Según el ministro federal de Tráfico, el social cristiano Alexander Dobrindt (CSU), será necesario invertir unos 100.000 millones de euros hasta el año 2025 para lograr ese ambicioso objetivo. El Ejecutivo alemán ha anunciado que cada año destinará 3.000 millones de euros, con lo cual quedan 80.000 millones por cubrir. Deutsche Telekom promete poner otros 6.000 millones. Entonces, ¿quién pagará el resto?

A partir de aquí el asunto se complica. Solo el Estado puede garantizar que la banda ancha de alta velocidad llegue también a aquellas zonas que son de poco interés para que las firmas privadas inviertan ahí.

La tecnología a emplear

Luego está el tema de la tecnología a emplear. La fibra óptica sería lo ideal pero Telekom, al ser la antigua monopolista estatal, prefiere seguir usando los cables de cobre. Mediante la técnica Vectoring, que usa un software para reducir las interferencias en esas líneas, es posible pasar un máximo de 100 megabits. Pero esto requiere técnicamente que todos los cables que van desde un distribuidor hasta un domicilio sean controlados por Telekom. Por eso la competencia acusa a la telefónica de querer «remonopolizar» el mercado, extremo que niega rotundamente Telekom. Para una conexión de 25 megabits con tarifa plana para internet y llamadas a fijos nacionales se pagan alrededor de 25 euros al mes. La tercera alternativa es pasar los datos por un cable coaxial, tal y como lo emplean varias compañías privadas que ofrecen tanto TV como telefonía fija e internet por cable, con conexiones hasta los 400 megabits.

Paralelamente, queda por mejorar la oferta de la telefonía móvil, otro aspecto de la digitalización.

El paraíso del internet rápido por móvil se halla en Finlandia y su infierno, en Alemania si se comparan los costos. Mientras que en el país escandinavo los clientes pueden navegar ilimitadamente a velocidad de LTE (4G) por 30 euros al mes, sus homólogos en la república alemana solo tendrán 6 GB al mes y, una vez acabado el volumen, se reducirá drásticamente la velocidad.

Está por ver que la situación en Alemania vaya a mejorar porque el mercado lo controlan solo tres compañías –Telekom, Vodafone y Telefónica/E-Plus–. El trío alquila sus respectivas infraestructuras a empresas pequeñas que, por ejemplo, ofrecen tarifas por menos de 10 euros al mes para quienes quieren estar conectados a la telefonía y al internet móvil pero apenas lo usan.

Así que Angela Merkel necesitará más ayuda que la de Super Mario para hacer realidad su proyecto sobre la digitalización.