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Midia

RUMANÍA IGNORA A LA UE AL EXPORTAR GANADO POR MAR EN PLENA CANÍCULA

Bajo un sol que cae a plomo en el puerto de Midia, el Lady Maria está preparado para acoger a sus pasajeros: miles de corderos con destino a Libia para el Eid al Adha. Pese a las advertencias de Bruselas, Rumanía continúa exportando ganado en pleno verano.

Este navío que luce pabellón de Tanzania lleva más de 50 años atravesando mares y océanos. Pero un responsable del operador portuario local asegura que las condiciones a bordo son «similares a las de un hotel de 5 estrellas». «La cuestión es saber cuántos corderos van a perecer durante este viaje», se lamenta, por su parte, Gabriel Paun, de la asociación Animals International. Al denunciar el «sufrimiento innecesario» para los animales embarcados en «navíos de la muerte» –cada año salen un centenar desde este puerto del mar Negro–, afirma que miles de corderos han sucumbido de sed o, literalmente, cocidos vivos durante el transporte.

Los riesgos son más elevados este año teniendo en cuenta que el Eid al Adha (la Celebración del Sacrificio o Fiesta del Cordero en la cultura islámica), que representa la temporada alta de las exportaciones rumanas, toca en el mes de agosto.

A los países del Golfo

El comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, también lanzó la señal de alarma: en nombre del bienestar animal, en julio exhortó a Bucarest a suspender el envío de 70.000 corderos hacia los países del Golfo apelando a las «temperaturas extremas».

Bruselas ha solicitado una investigación sobre las prácticas que lleva a cabo Rumanía, amenazando con abrirle un procedimiento de infracción si se constatan «violaciones sistemáticas» de la legislación comunitaria. Sin embargo, el ministro de Agricultura, Petre Daea, asegura que «Rumanía respeta las normas al pie de la letra». Los controles rumanos se detienen una vez que el ganado ha embarcado, pero una norma europea de 2005 exige que también se haga el seguimiento durante el viaje.

Los intereses económicos en este asunto son muy importantes para Rumanía, uno de los Estados miembros más pobres de la Unión Europea, a la que se adhirió en 2007.

Tercer criador de ganado ovino de los Veintiocho, tras Gran Bretaña y el Estado español, Rumanía también es uno de los principales exportadores. En los dos últimos años, ha exportado dos millones de corderos en total, sobre todo hacia Jordania, Libia y Líbano. Los ingresos ascendieron a 430 millones de euros en 2017, según la base de datos de Naciones Unidas Comtrade.

Y este mercado está en auge: en febrero, Bucarest cerró un nuevo acuerdo para vender 200.000 corderos a los países del Golfo, con la esperanza de llegar a dos millones de cabezas al año solo en el mercado emiratí. Una buena noticia para los ganaderos locales, que lamentan que los rumanos sean poco aficionados a la carne de cordero.

Cuestión de supervivencia

«En Rumanía, solo vendemos antes de Pascua; el resto del año, exportamos, especialmente a Jordania y el Golfo», indica a AFP Florin Dragomir, un criador de la región de Sibiu, una de las más apreciadas por la calidad de la carne y de los productos lácteos.

Según este propietario de 1.500 cabezas, el precio del ganado vivo es bajo, alrededor de 2 euros el kilo. «Pero no tenemos elección, porque estamos a merced de los intermediarios», añade.

Dragomir está sorprendido ante las recientes preocupaciones ligadas al transporte de corderos en verano. «Siempre ha hecho calor en el Golfo. Sin duda, estamos molestando a un país interesado en este mercado», comenta, aludiendo a los Emiratos.

El mismo discurso que defiende uno de los más grandes criadores de ganado de Rumanía, Agrozoomed, que exporta entre 70.000 y 100.000 corderos al año. «Alguien está interesado en suscitar este escándalo. Yo he visto las condiciones de los barcos, son muy buenas», asegura a AFP un responsable que prefiere el anonimato.

La principal asociación de ganaderos y exportadores de ganado, Acebop, reconoce, sin embargo, que es necesario hacer cambios porque «los animales sufren». «Hemos redactado un proyecto de ley que prevé la congelación del transporte de ganado cuando las temperaturas sobrepasen los 30 grados, así como la presencia obligatoria de un veterinario a bordo», indica Mary Pana, la presidenta de Acebop, que espera que este texto sea adoptado este otoño.

Considera que es urgente porque, en caso de sanciones por parte de la UE, «serán los ganaderos, y no las autoridades, quienes serán penalizados».

Australia ya endureció el pasado año su normativa sobre el transporte de ganado por mar tras la difusión de imágenes impactantes grabadas a bordo de barcos con destino a Catar, Kuwait y Omán que habían partido de puertos del país oceánico.