GARA
DONOSTIA

Menos migrantes en tránsito pero con mayor vulnerabilidad

La Mesa Interinstitucional había previsto que este año se iban a multiplicar en Euskal Herria las llegadas de migrantes en tránsito, pero la Red Ciudadana de Acogida de Donostia precisa que ha descendido por la colaboración represiva entre el Estado español y Marruecos. A su vez, advierten de que cada vez son más los migrantes que terminan en situación de calle.

Melvin Ngounou (Camerún), Jaoud (Marruecos), Abdoulaye Sarr (Senegal) y Bosco Nguimlkeu (Camerún) son cuatro de los migrantes que han recibido ayuda y protección de la Red Ciudadana de Acogida de Donostia, que estos días cumple su primer aniversario. Esta plataforma advirtió de que, si bien ha disminuido «sensiblemente» la llegada de migrantes en tránsito, ha aumentado el número de personas en situación de calle, «la gran mayoría, migrantes».

«A la falta de recursos suficientes desde las instituciones se añade el hecho, que estimamos muy grave, del creciente número de jóvenes que habiendo estados tutelados por la Diputación, son dejados en la calle, sin recursos, al cumplir la mayoría de edad», señalaron preocupados los voluntarios Garazi Garate y Peio Aierbe.

«Queremos trabajar y ser autónomos». Es la premisa que repiten los integrantes de la mesa. Ngounou tiene 28 años, ha estudiado Ciencias Sociales y emprendió este camino porque en Camerún le era imposible trabajar. Terminó pasando las noches en las calles de Donostia después de agotar las tres estancias que ofrece la Cruz Roja.

Algo parecido le paso a Jaoud, que estuvo sin techo durante seis meses hasta que se topó con la Red Ciudadana de Acogida. Criticó la fuerza que utiliza la Policía «por el simple hecho de ser marroquíes, sin haber cometido ningún delito. Siempre somos sospechosos».

Sarr, senegalés de 24 años, quiso agradecer la solidaridad de los jóvenes del gaztetxe Txantxarreka e insistió en que la mejor ayuda para ellos es un trabajo: «Cualquier trabajo es mejor que recibir ayuda». «No podemos estar tres años sin trabajar porque disminuye nuestra capacidad intelectual. Queremos participar en el progreso de este país», defendió.

En la misma línea, Nguimlkeu admitió que pueden caer «en un círculo vicioso» entre las ayudas que les ofrece la Red, SOS Racismo o Caritas, «y eso nos debilita». Reiteró en que ellos están capacitados para trabajar –«estamos con fuerza»– y que prefiere que las ayudas se destinen a gente mayor o enferma.

220 personas en dos meses

La Red Ciudadana de Acogida de Donostia nació a partir de la llegada masiva de migrantes en tránsito a Euskal Herria –sobre todo a Donostia e Irun–. La red,, creada gracias a personas voluntarias, combinó su demanda a las instituciones para ayudar en la labor de acompañamiento.

«Tan solo en los dos primeros meses la red atendió a 220 personas (201 hombres, 17 mujeres, un niño y una niña)», detallaron los voluntarios de la red en la rueda de prensa ofrecida en el Koldo Mitxelena.

Proporcionar información necesaria, ropa, mochilas y útiles de aseo; ayudarles a recibir dinero de sus familias; ayudar a reencaminarse a otras ciudades del Estado español; derivación a urgencias sanitarias; recarga de móviles; encaminarles a Irun y escuchar y acompañarles han sido las tareas que han llevado a cabo los voluntarios. Sobre todo en una primera etapa que sitúan hasta finales de octubre.

El gaztetxe Txantxarreka sirvió de alojamiento provisional para aquellos que decidieron no seguir su ruta prevista. Un año después, siguen siendo escasas las alternativas que ofrecen desde el Ayuntamiento.

Los voluntarios exigen al Ayuntamiento más recursos y alternativas

La Red Ciudadana de Acogida de Donostia ha celebrado recientemente dos asambleas internas y en ellas, han decidido los planes de acción a abordar. «El eje lo configuran el trabajo con las personas migrantes en situación de calle», precisaron. Opinan que es imprescindible la implicación de la sociedad.

Ya desde un primer momento se pusieron en contacto con los Servicios Sociales del Ayuntamiento (SMUS) de cara a acceder a las Ayudas de Apoyo al Plan de Trabajo Compartido (AAPTC), con el propósito de conseguir un alojamiento.

Piensan que son escasos los recursos del consistorio y criticaron que los resultados de las tres reuniones de la Mesa Interinstitucional «fueron, a todas luces, insuficientes». GARA