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VATICANO

El primer cardenal juzgado por el Vaticano se declara inocente

El Vaticano celebró ayer la primera audiencia de un juicio histórico en el que se juzga por primera vez a un cardenal, el exprefecto de la Congregación para las Causas de los Santos Angelo Becciu, y a otras nueve personas por delitos de corrupción relacionados con inversiones inmobiliarias. En su primera intervención Becciu dijo que es «inocente».

El tribunal del Vaticano comenzó ayer la audiencia del proceso que sienta en el banquillo por primera vez a un cardenal, el exprefecto de la Congregación para las Causas de los Santos el italiano Angelo Becciu, por un delito de corrupción sobre inversiones inmobiliarias.

En esta primera sesión el cardenal declaró que «espera con serenidad el proceso y la aportación de las numerosas pruebas y testimonios que demostrarán su inocencia de toda acusación», según señaló su abogado, Fabio Viglione.

El cardenal Becciu y las otras nueve personas que son juzgadas están acusadas de delitos de malversación de fondos, blanqueo de dinero, fraude y abuso de poder por una inversión de 350 millones de euros en un edificio de Londres. Estos hechos se remontan al año 2013, cuando la Secretaría de Estado vaticana compró un edificio con fondos del Óbolo de San Pedro, institución que recoge donaciones de católicos para obras caritativas.

Becciu era el responsable de esas operaciones al ocupar el cargo de sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado desde 2011 a 2018. Y ese último año, el papa Francisco le nombró nuevo prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos. Sin embargo, en 2020, al verse salpicado por este escándalo, el papa le obligó a dimitir como prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y en sus derechos como cardenal. Becciu no puede participar en un futuro cónclave.

El más alto funcionario

Becciu es el más alto funcionario vaticano acusado de delitos financieros. Una de las novedades del juicio es que se guiará por las nuevas normas impuestas por el papa el pasado 30 de abril en un “motu propio” que establece en la Justicia ordinaria del Vaticano los eventuales juicios penales a cardenales y obispos, hasta ahora competencia del Tribunal Supremo.

Comienzo técnico

La primera audiencia del juicio que está previsto se extienda hasta al 5 de octubre estuvo dedicada a cuestiones técnicas, basadas en una acusación que consta de 500 páginas, tras dos años de investigación.

Entre los diez acusados, la mitad estaba al servicio del papa Francisco durante la controvertida compra, realizada en dos fases, de un lujoso edificio de 17.000 metros cuadrados en el elitista distrito londinense de Chelsea, del que el papa ha exigido desprenderse rápidamente.

La adquisición de ese edificio, a un precio mayor de su valor real, fue realizada a través de paquetes financieros altamente especulativos, por medio de dos empresarios italianos residentes en Londres. Esa compra «generó pérdidas sustanciales a las finanzas del Vaticano y se utilizaron inclusive recursos destinados a las obras de caridad personales del Santo Padre», reconoció la Santa Sede antes de la apertura del juicio.

Los otros imputados

Junto a Becciu está imputado el expresidente de la Autoridad Financiera Vaticana René Brülhart, acusado de abuso de poder. También están implicados Mauro Carlino, Enrico Crasso; Tommaso di Ruzza, Cecilia Marogna, Raffaele Mincione, Nicola Squillace, Fabrizio Tirabassi y Gianluigi Torz.

Están igualmente acusadas en este juicio cuatro sociedades, HP Finance LLC, Logsic Humanitarne Dejavnosti, Prestige Family Office y Sogenel Capital Investment, acusadas todas ellas de fraude y estafa.

Muere Karadima, sacerdote pederasta chileno

El sacerdote chileno Fernando Karadima, símbolo de los abusos sexuales a menores y condenado por el Vaticano en 2011 y expulsado del sacerdocio, ha muerto a los 90 años en una residencia en Santiago.

Su caso salió a la luz en 2010 cuando las víctimas Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo contaron los abusos que sufrieron. «Él era un eslabón más en esta cultura de perversión y encubrimiento en la Iglesia», denunciaron las tres víctimas tras conocer su muerte.

En septiembre de 2018, el papa Francisco le expulsó del sacerdocio tras un polémico viaje a Chile y después de que los 34 obispos del país, en una señal de claro apoyo al sacerdote pederasta, le presentasen su renuncia en un hecho sin precedentes en el mundo.

La sanción sacudió no sólo a la Iglesia católica, sino también a la élite política y económica chilena con la que el religioso forjó sólidos nexos desde la parroquia El Bosque, en el acomodado barrio capitalino de Providencia. GARA