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BUENOS AIRES

La dimisión del ministro de Economía augura tensión y zozobra en Argentina

En el contexto del acuerdo con el FMI sobre una deuda impagable, con una inflación galopante y la pérdida de poder adquisitivo de las clases populares, el ministro de Economía argentino ha presentado su dimisión. Alega serias discrepancias con la vicepresidenta Fernández de Kirchner. Las aguas bajan muy revueltas y amenazan la coalición gobierno del Frente de Todos.

El ya exministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán.
El ya exministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán. (Juan MABROMATA | AFP)

El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, presentó este sábado su dimisión al presidente Alberto Fernández. Al explicar los motivos de su decisión, alegó que existían diferencias políticas profundas con la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, que le obligaban a demorar el cumplimiento del acuerdo que había suscrito con el Fondo Monetario Internacional. Aumentar las tarifas, segmentar los subsidios, seguir el dictado del FMI era para él la vía para que la economía fuera creciendo, para que hubiera más empleo y se redujera la desigualdad. No dijo nada de la inflación, el problema más candente, que golpea a los argentinos día tras día.

Según diversos analistas, Martín Guzmán habría pedido más poder, no se le dieron y decidió marcharse. Pero en el fondo, subyace una crisis política en el gobierno del Frente de Todos, en el que los sectores kirchneristas acusaban a Guzmán de centrarse en la deuda e ignorar los problemas de la microeconomía, poniendo en riesgo la pérdida de su base popular y electoral.

Un nuevo ciclo neoliberal

como riesgo, eso es lo que se vislumbra en el horizonte. Seis años de deterioro en las condiciones de vida de la mayoría de la población, una tasa de inflación muy elevada y una derrota en las elecciones de medio mandato, explican la actual crisis política en Argentina. Sea por lo que sea, por los efectos de la pandemia y de la guerra en Ucrania, por las deficiencias en la gestión o por la falta de entendimiento político entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, lo cierto es que la coalición de gobierno del Frente de Todos está acosada por fuertes condicionantes externos y furiosas discrepancias internas.

Al parecer, el presidente y la vicepresidenta solo se hablan a través de cartas, tuits, y discursos en mítines, lo que explicaría en parte la ausencia de una política económica unificada. La incomunicación entre los dos polos, su incapacidad o la imposibilidad de alcanzar un suelo común, puede tener consecuencias devastadoras. A saber, el desengaño y la desmovilización de su propia base electoral, además de una futura coyuntura productiva y laboral inquietante, que podría abrir las puertas de par en par a una eventual reedición de un nuevo ciclo neoliberal a partir de las elecciones de diciembre de 2023.

Las «tarifas» del FMI, el meollo de la cuestión

Diferencias conceptuales y políticas sobre la negociación y posterior acuerdo con el FMI y el modo de refinanciación de una deuda impagable subyacen en los desencuentros en el gobierno de Argentina. Para el kirchnerismo, la política económica de Guzmán es de recortes y perjudica las condiciones materiales de vida de la base electoral del Frente para Todos. El exministro sostiene lo contrario: «la única forma de refinanciar la deuda con el FMI es con un acuerdo y como Argentina no tiene dólares para pagarla, tuvimos que negociar un programa para evitar caer en default y desestabilizar a la economía. Si había default, iba a haber menos financiación, y cuando en la Argentina hay menos divisas, se produce menos, hay menos empleo y más inflación. Es decir, hay recortes».

De todos modos, más allá de las condiciones del acuerdo con el FMI, las tensiones en los gobiernos estallan cuando hay resultados económicos malos en dos indicadores sensibles: inflación y sueldos. El aumento de los precios castiga la capacidad de mejorar el poder adquisitivo y define la suerte de los ministros de Economía y de las coaliciones de gobierno. Y no solo en Argentina. GARA