Los hechos tuvieron lugar el 7 de julio de 2011 tanto en los alrededores como dentro del antiguo bar Iruñazarra, ubicado en la calle Mercaderes de Alde Zaharra, coincidiendo con la tradicional procesión del día del santo y los silbidos de parte del público a la corporación, reprimidos por agentes policiales y que derivó en enfrentamientos. Los testigos narraron en su día que los agentes entraron al local, era la tercera vez en menos de dos días, golpeando a trabajadores y clientes.
Según la sentencia, el condenado agredió a uno de los policías en la cara cuando llegaba la comitiva. Posteriormente, un agente de paisano reconoció a esta persona y le pidió que se identificara, pero se negó y agarró al agente «fuertemente del brazo izquierdo, tirando del mismo violentamente hacia la entrada del bar, del que salieron otras personas no identificadas que le ayudaron a introducir al agente al interior al grito de ‘txakurra policía’».
El acusado aprovechó para bajar a la zona del comedor y el agente descendió tras él, pero una camarera del local, la mujer condenada, le impidió el paso, siempre según la sentencia. Fueron llegando más agentes y finalmente accedieron al lugar, comprobando que el acusado no estaba y que había una salida al exterior.
En el juicio celebrado el mes pasado, la Fiscalía pidió por estos hechos 8 años de condena. Finalmente ha sido condenado a cinco años y tres meses de cárcel y a abonar sendas indemnizaciones de 300 euros y de 40.957 euros a los dos agentes. La camarera ha sido condenada a seis meses de prisión. La sentencia puede ser recurrida.

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