La japonesa Naomi Osaka ha impuesto su ley en la final del Abierto de Australia al ejecutar seis saques directos y 22 golpes ganadores para imponerse a la estadounidense Jennifer Brady, que se estrenaba en una final de Grand Slam, por en un 6-4 y 6-3 que le sirve para levantar su segundo título en Melbourne.

«No pude jugar mi último Grand Slam con público, así que ver a toda esta gente en la grada significa mucho para mí», ha comentado tras cerrar una final que duró una hora y cuarto. Osaka se convertirá así en la número dos de la clasificación WTA, y se hace con su cuarta grn corona después de sus títulos en el Abierto de Estados Unidos (2018 y 2020) y el de Australia (2019).

No ha podido vengarse Brady de su amarga derrota ante la misma rival en las semifinales del último Abierto de Estados Unidos, cuando cayó en el tercer set, después de mostrarse más errática al cometer 29 errores no forzados.

Advirtió la nipona en su última rueda de prensa sobre la ayuda que puede aportar experiencia en este tipo de citas, así fue, después de imponerse en los momentos más delicados de un encuentro en el que ha reinado una igualdad relativa.

Osaka extiende su racha a 21 partidos ganados de forma consecutiva, lo que la ha llevado a ganar los dos últimos Grand Slam sobre superficie dura.

«Batalla mental»

Hoy ha sido una batalla más mental. Las dos estábamos muy nerviosas. Yo especialmente estaba muy nerviosa a pesar de que había jugado ya tres finales», ha comentado Osaka tras cerrar su segundo título a orillas del río Yarra.

«No me interesa la clasificación y el número uno. No juego todos los torneos, así que mi único objetivo pasa por ser la mejor en esos torneos», ha aclarado al superar a la rumana Simona Halep y convertirse en la segunda clasificada mundial.