Martxelo Díaz

Se desconoce dónde están inhumadas 7.795 víctimas de 1936 en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa

En el año 2021 no se sabe todavía dónde están los restos de 7.795 personas muertas en la Guerra de 1936 en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Es uno de los datos que han dado a conocer en el balance del plan de localización de fosas en estos tres herrialdes durante el periodo de 2015 a 2020.

Urkullu, Artolazabal y Etxeberria conversan tras la presentación del balance del plan de recuperación de fosas. (FOKU)
Urkullu, Artolazabal y Etxeberria conversan tras la presentación del balance del plan de recuperación de fosas. (FOKU)

Se desconoce todavía el lugar en el que se exhumaron a 7.795 personas muertas en la Guerra de 1936 en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Es uno de los datos que ha dado hoy Beatriz Artolazabal, consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno de Lakua en la presentación del balance del ‘Plan Vasco 2015-2020 Investigación y Localización de Fosas’ en Bilbo.

Junto a ello, ha explicado que se ha trabajado junto a Aranzadi en 128 localizaciones, de las que 46 se han saldado con resultado positivo. 24 de ellas lo fueron en Bizkaia, quince en Gipuzkoa y siete en Araba. De este modo, se han conseguido recuperar los restos de 110 personas (108 hombres y dos mujeres), de los que 70 eran combatientes, 26 fueron ejecutados extrajudicialmente y catorce murieron en cautividad.

De todos ellos, se ha podido identificar a 27 personas, cuyos restos fueron entregados a sus familiares.

Paco Etxeberria: «Hacer valer derechos»

Paco Etxeberria, responsable de Aranzadi, ha explicado que antes de implicarse en esta cuestión le parecía inconcebible que hubiera muertos en los montes, que no estuvieran en los cementerios. Ha relatado que la primera exhumación de fosas la realizaron en León, donde hallaron los cadáveres de trece civiles en una cuneta en el monte. Al relatar este trabajo en una entrevista en Radio Euskadi, un oyente llamó para contar que conocía un lugar en el monte en Zaldibia en el que había dos cuerpos. Fueron allí y los localizaron. Fue el punto de partida de un trabajo que todavía continúa y en el que ha destacado que las instituciones han estado presentes. 

A la hora de explicar el motivo por el que se desarrolla este trabajo, ha empleado las palabras que le dijo un familiar: «Hay que sacarlos aunque solo sea por no dejarlos en el lugar que fueron abandonados por sus asesinos».

En este sentido, ha destacado que «todas las víctimas tienen derechos, por lo que los demás tenemos deberes para hacer valer esos derechos. En eso estamos».

Ha relatado que en estos años les han ocurrido «cosas sorprendentes» como el caso de un propietario que sabía que había un muerto enterrado en su terreno. Creía que sabía porque los familiares del fusilado lo sacaron a escondidas de la fosa poco después de morir Francisco Franco y llevaron los restos al panteón de un allegado.

Ha explicado que también han tenido fracasos, que ha atribuido a que el agua y las raíces de los árboles han llegado a destrozar los huesos de los cadáveres. Son casos en los que únicamente se han detectado lápices con los que escribían sus últimas voluntades o botones.

Iñigo Urkullu: «Saldar una deuda»

El lehendakari de Lakua, Iñigo Urkullu, por su parte, ha defendido el derecho de las familias a recuperar los restos y a recuperar la memoria. En este sentido. ha destacado que esta actuación se ha realizado en base a dos principios éticos, «la dignidad de la personas y el derecho a la memoria como garante de un futuro en paz y libertad».

Junto a ello, ha subrayado que con la recuperación de fosas «se salda una deuda con los derechos de una generación truncada por un alzamiento militar contra un Gobierno legítimo».

«No queremos, no podemos, no debemos olvidar ni pasar página», ha añadido Urkullu, que han reclamado también que «se conozca toda la verdad, sin secretos ni reservas» en relación al 23-F.

«La verdadera Transición acabará cuando se reconozcan los derechos a las víctimas del franquismo», ha concluido.