El sindicato ELA ha exigido la derogación urgente de las reformas laborales y de negociación colectiva porque están detrás de que la destrucción de empleo durante 2020 se haya concentrado entre los colectivos con contratos más precarios. Además, el 95% de los 24.000 empleos destruidos en Hego Euskal Herria el año pasado, unos 23.000 puestos, corresponden a trabajadores temporales.

Estas son algunas de las principales conclusiones recogidas en el último análisis de coyuntura elaborado por el sindicato, en el que se reflejan los datos de la evolución del empleo en 2020.

El informe ha sido dado a conocer este miércoles en la sede del sindicato en Bilbo en una comparecencia a cargo del responsable del área social, Mikel Noval, y del integrante del gabinete de estudios Xabier Zabala.

Tras reiterar que, según su análisis, «la destrucción de empleo producida el año pasado se concentró entre los colectivos con contratos más precarios», Zabala ha remarcado que, además, «esa destrucción de empleo se cebó entre las trabajadoras a tiempo parcial».

Igualmente, el total de empleos temporales y a tiempo parcial cayó en 15.600, lo que «muestra que son los colectivos más precarios los más desprotegidos y, durante 2020, primero se despidió a quienes estaban en situación de eventuales».

En total, la destrucción de empleo en Hego Euskal Herria afectó a 11.900 mujeres y 10.600 hombres y las actividades más afectadas han sido hostelería, con una destrucción de más de 10.000 personas (-11,8%); las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento con 2.378 (-10,1%) y la industria manufacturera que perdió más de 7.000 empleos.

El informe de ELA concluye que, según la EPA, se destruyeron 13.200 empleos en la CAV y 9.300 en Nafarroa, un total de 22.500 empleos, pero, tal y como han añadido, «estas cifras no se corresponden con la realidad, ya que los ERTE han amortiguaron la disminución del empleo».

Mujeres más perjudicidas

También las mujeres trabajadoras han sido las más perjudicadas. Concretamente, teniendo en cuenta que la tasa de temporalidad fue del 25,3% en Nafarroa y del 22,6% en la CAV, esta tasa también tuvo un mayor impacto en las mujeres, ya que afectó a casi un tercio de los contratos en Nafarroa (31,1%) y a un 26% en el mercado laboral de los otros tres herrialdes.

Por su parte, entre los hombres, este porcentaje se redujo al 19%. Por lo tanto, tal y como ha señalado Zabala, «las mujeres sufren más la temporalidad y, también, los efectos que ésta tiene».

Además, el análisis de ELA aporta un dato significativo. La diferencia entre los contratos a tiempo parcial es notable entre hombres y mujeres. Según datos de 2020, solo el 5,8% de los hombres tuvo un contrato a tiempo parcial mientras que una de cada cuatro mujeres (26%) tuvo un contrato de este tipo, es decir, una tasa cinco veces superior, ha denunciado el responsable de ELA.

El informe también establece que la edad también «juega un papel fundamental en lo que a la destrucción de empleo refiere». Así, los datos recabados por ELA muestran que las personas con edad inferior a 44 años fueron las más perjudicadas.

Como consecuencia de ello, ha señalado Xabier Zabala, «cada vez se están acentuando más las diferencias entre los que ostentan un empleo indefinido, mayormente personas con una edad superior, y la población más precarizada, principalmente jóvenes».

Por su parte, el responsable de Estudios del sindicato, Mikel Noval, ha exigido que, a la vista de estos datos, resulta urgente la derogación de las reformas laborales y de negociación colectiva que se aprobaron a lo largo de la década pasada, «tanto las de Zapatero como las de Rajoy».

Noval ha remarcado que dichas reformas «permitieron la extensión de la precariedad y facilitaron el despido de los trabajadores y trabajadoras». Los datos recogidos por ELA, ha añadido «muestran que no dar marcha atrás en esas reformas está perjudicando a miles y miles de trabajadoras y trabajadores, a quienes se condena al desempleo y a la precariedad, con el único objetivo de preservar y engordar los beneficios empresariales».

«Lluvia» de millones

Por otro lado, Noval también se ha referido al apartado dedicado en el informe del sindicato a los Fondos europeos Next Generation, establecidos por la UE para paliar entre sus países socios los efectos socioeconómicos de la pandemia y ayudar a la transformación del tejido económico y productivo europeo a través del impulso a proyectos transformadores.

A juicio de Noval, «esa lluvia de millones sin precedentes en la UE, no es tanta como se esperaba en un principio» y ha recordado que, según el propio BCE, el Estado español «tendrá que devolver el 70% de los fondos que va a recibir mediante recursos propios», siendo finalmente las transferencias netas de 42.000 millones de euros.

Tal y como ha resaltado, desde ELA llevan meses advirtiendo de la condicionalidad de dichos fondos y, en su opinión, así ha sido confirmado por el reglamento definitivo que regulará el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, que supone el 90% de los fondos.

Según dicho reglamento, ha recordado Noval, «el Estado español se verá obligado a realizar reformas en el sistema de pensiones, a no derogar la reforma laboral o a tomar medidas de control del déficit público a medio plazo si quiere recibir dichos fondos».

A su vez, los dirigentes sindicales han apuntado que no hay que olvidar el carácter centralizador de la gestión de estos fondos europeos, porque «dejan la dirección y la decisión de los planes que optan a dicha financiación en manos del gobierno central».

De esta forma, ha precisado Noval, las comunidades autónomas «pueden proponer sus planes, pero su capacidad de incidir en la decisión ha quedado diluida» porque se ha creado «el marco legal necesario para que se pueda desarrollar todo aquello que hemos ido advirtiendo todo este tiempo».

En este contexto, para ELA, y de cara a acceder a estos fondos, los Gobiernos de Lakua y Nafarroa han presentado unos planes de recuperación y resiliencia que «han carecido de transparencia y de participación de otros agentes, además de con algunas incógnitas».

Según el sindicato, el dinero que se reciba desde Europa «no irá destinado a reforzar los servicios públicos, sino que se destinarán a financiar los proyectos de las grandes empresas, a grandes infraestructuras y a proyectos que reproducen el modelo neoliberal que ha traído hasta esta crisis».