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El certificado europeo de vacunación no será un pasaporte que garantice la movilidad

Los estados miembros de la Unión Europea han alcanzado una posición común para iniciar las negociaciones con el Parlamento Europeo sobre el certificado de vacunación, con el fin de que esté operativo este verano, pero que no será un pasaporte que garantice la movilidad.

Pasajeros en las instalaciones del aeropuerto de Loiu. (Aritz LOIOLA/FOKU)
Pasajeros en las instalaciones del aeropuerto de Loiu. (Aritz LOIOLA/FOKU)

El certificado europeo de vacunación va a avanzando en el seno de la UE y podría estar operativo para el verano, pero este documento no pasará a ser un pasaporte que garantice la movilidad.

«En menos de un mes, el Consejo ha alcanzado una posición común para las negociaciones con el Parlamento», ha anunciado la presidencia portuguesa de la UE, tras la reunión de los embajadores de los Veintisiete ante las instituciones europeas mantenida esta mañana.

Pero el certificado europeo de vacunación contra el Sars-CoV-2 que preparan las instituciones de la Unión Europea, con el objetivo de que esté operativo para el próximo mes de junio, no será un pasaporte sanitario que permita automáticamente que los ciudadanos recuperen la libertad de movimientos en el seno de la UE.

«Para enfatizar el principio de no discriminación, en particular hacia las personas no vacunadas, la parte operativa del reglamento principal establece explícitamente que la posesión de un ‘Certificado Verde Digital’ no es una condición previa para ejercer los derechos de libre circulación», puede leerse en el texto aprobado por los Estados miembros al que ha tenido acceso Efe.

Esa regulación aprobada por el Consejo, idea que lanzó Grecia a inicios de año de cara a reactivar el mercado turístico en verano, se basa en la propuesta de la Comisión Europea, está pendiente ahora de negociación con la Eurocámara y entraría en vigor seis semanas después de ser adoptada, es decir, en el mes de junio.

El certificado, según el texto provisional, será gratuito, en formato electrónico o en papel y estará disponible en inglés y en la lengua oficial del Estado que lo emita y tendrá «un período de aplicación de 12 meses, un informe de la Comisión a más tardar tres meses antes de que finalice la aplicación del reglamento principal y una posible suspensión o prórroga mediante el procedimiento legislativo ordinario».

El documento contendría información sobre si su portador ha recibido la vacuna contra el coronavirus, ha generado anticuerpos tras pasar la enfermedad o tiene una PCR reciente negativa, siendo este último uno de los criterios que muchos estados han requerido a los viajeros en los últimos meses y recogería sólo las vacunas que reciban autorización de la Agencia Europea del Medicamento.

El caso irlandés

Con mención expresa a Irlanda, a tenor de la frontera virtual con el Norte de Irlanda, el texto prevé que los estados miembros puedan «aceptar mutuamente certificados expedidos a nacionales de terceros países sobre la base de la reciprocidad». También deja claro que debe  tenerse en cuenta la situación particular de los trabajadores transfronterizos.

Más allá de las disposiciones técnicas, la propuesta deja claro que si bien el certificado pretende «facilitar la movilidad entre países», el documento no es un pasaporte.

Recuerda, además, que los estados miembros pueden restringir por motivos sanitarios la movilidad de los ciudadanos, una de las cuatro libertades fundamentales de la UE, pero subraya que «cualquier medida que se adopte no debe se extienden más allá de lo estrictamente necesario para salvaguardar la salud pública».