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El Foro Social Permanente da continuidad al proceso de debate sobre la convivencia democrática

El Foro Social Permanente ha decidido dar continuidad al proceso de debate ‘Compromiso social por la construcción de la convivencia democrática’ ampliando hasta el 15 de julio el plazo para recibir aportaciones, mientras sigue «recogiendo reflexiones y alimentando el proceso».

Foro Social Permanente ha realizado una evaluacion de la primera fase del proceso de debate. (Gorka RUBIO/FOKU)
Foro Social Permanente ha realizado una evaluacion de la primera fase del proceso de debate. (Gorka RUBIO/FOKU)

Hasta el 15 de julio ha sido ampliado el plazo para recibir aportaciones al proceso de debate ‘Compromiso social por la construcción de la convivencia democrática’ que está realizando el Foro Social Permanente.

Así lo ha anunciado Eneko Calle, quien ha añadido que, hasta esa fecha, «seguiremos organizando espacios públicos y privados para seguir recogiendo reflexiones y alimentando el proceso del compromiso social».

A partir de septiembre, se iniciará una ronda de contraste en torno al documento final de bases que presentarán a finales de octubre.

Calle ha dado a conocer estas decisiones en un acto llevado a cabo para hacer una evaluación de la primera fase de seis meses del proceso, sobre el que ha indicado que «ha sido más lento de lo deseado», pero que los objetivos de hace seis meses «se han conseguido».

A lo largo de ese medio año se ha mantenido una ronda de reuniones con las entidades que forman parte del Foro y otras que no lo son, además se ha creado un buzón abierto en su página web para recibir aportaciones, se ha impulsado la redacción de aportaciones de diferentes referentes de la sociedad vasca (algunas de las cuales se han publicado en GARA) y se ha organizado un ciclo de cuatro coloquios.

Conclusiones

De todo el trabajo realizado en esos seis meses, se han extraído varias conclusiones que han sido explicadas por Mikel Casado y Aitzpea Leizaola.

En concreto, han explicado que «somos conscientes de que la construcción de la convivencia, y más aún de una convivencia democrática, es un proceso sin fin, que, aunque consista en unos principios insoslayables, debe alimentarse y nutrirse permanentemente desde los diferentes sectores de la sociedad, y que está condicionada, pero también sugerida, por la experiencia, por los contextos políticos, sociales, económicos y culturales en los que cohabitamos los seres humanos. Esta idea puede ser una de las principales conclusiones que extraemos de estos primeros seis meses de trabajo».

A continuación han explicado «algunas cuestiones que hemos identificado en este incipiente proceso, sobre todo, aquellas que nos unen, de manera que poniéndolas en valor nos ayuden a avanzar en ese objetivo final que todas compartimos: el anhelo por vivir en una sociedad que conviva en paz».

Sobre los principios, han destacado «la apuesta decidida por un futuro que respete todos los Derechos Humanos y aparte la violencia como método de resolución de los conflictos, sin excepciones (física, verbal y psicológica), con el objetivo de preservar la dignidad humana».

También han destacado que «el proceso de construcción de la convivencia democrática es dificultoso. Requiere de voluntad de búsqueda del bien común, de diálogo, de esfuerzo, paciencia, de un compromiso intergeneracional, de políticas públicas sostenibles, del reconocimiento de la diversidad cultural y de una sociedad activa que nutra y la haga sostenible en el tempo. Asimismo, necesitamos ser creativas e innovadoras para generar nuevos marcos y enfoques de debate, utilizando nuevos conceptos que generen consensos y permitan avanzar hacia nuevos horizontes».

Además, han constatado «la diversidad de sujetos y agendas que integran dinámicas y propuestas encaminadas a fortalecer la cohesión social o que tienen como fin la consolidación de la convivencia. El reconocimiento y puesta en valor de esa diversidad es un síntoma positivo de una democracia».

Otro aspecto destacado es que «existe una gran conciencia social y convicción política para impulsar, construir y participar en iniciativas políticas, sociales, económicas y culturales que tratan de generar nuevas alternativas de vida. La sociedad civil ha sido protagónica de muchos cambios sociales, desde enfoques de defensa de la justicia social, del feminismo, de la diversidad sexual, de la integración cultural, del ecologismo y la no-violencia, entre otras».

En relación al diálogo, han constatado que «hay apertura para el diálogo sincero, creando espacios en los que, desde la confianza, todas nos sintamos cómodas, escuchándonos sin juzgar lo que estamos escuchando, porque para un verdadero diálogo es imprescindible superar los prejuicios. Pero, aunque existe la voluntad para el diálogo, no podemos olvidar que hoy en día no todas las personas pueden hablar libremente sobre lo acontecido en este país».

También consideran que «existe acuerdo general en que en una sociedad diversa como la nuestra coexistirán relatos diferentes leídos desde múltiples sensibilidades. En la práctica, esto supone poder contar lo que ha pasado de formas diferentes, pero estando de acuerdo en unos principios básicos, como el rechazo a todas las formas de violencias o la defensa de los Derechos Humanos».

Y, finalmente, durante estos seis meses «hemos identificado que hay disponibilidad al cambio, una predisposición a dejarnos trasformar por el diálogo para modificar nuestra forma de ser y superar las lógicas y los discursos que han caracterizado el largo ciclo de violencias».

En definitiva, «somos conscientes de que la ausencia de violencias no es la garanía para una paz justa y duradera. El Foro Social Permanente continúa trabajando para resolver de manera integral la situación de las personas presas, huidas y deportadas; por el reconocimiento y reparación de todas las víctimas superando las aún existentes discriminaciones; y por la construcción de una memoria crítica inclusiva».

Pero también cree que «la construcción de la convivencia democrática nos interpela a todas, y que eso depende de grandes dosis de corresponsabilidad (institucional, social, económica) y solidaridad. Seguimos apostando por convencer y comprender, en vez de vencer y, es por ello, que estamos abiertas a ser convencidas. Eso es precisamente el diálogo».