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Identifican los restos de un preso gallego que participó en la fuga de Ezkaba

Vicente Mejuto Leis, nacido en 1913 en la localidad gallega de Cee. Esta es la identidad de unos restos que correspondían a un fugado del fuerte de Ezkaba en 1938, según ha dado a conocer el Instituto Navarro de la Memoria. Es el quinto fugado de Ezkaba que logra ser identificado.

Tareas de exhumación, realizadas en 2015, del cuerpo que ha sido identificado como Vicente Mejuto. (Patxi CASCANTE/NAFARROAKO GOBERNUA)
Tareas de exhumación, realizadas en 2015, del cuerpo que ha sido identificado como Vicente Mejuto. (Patxi CASCANTE/NAFARROAKO GOBERNUA)

El Instituto Navarro de la Memoria ha logrado la identificación de Vicente Mejuto Leis, uno de los cuatros presos fugados en 1938 y muertos en las faldas del monte Ezkaba, en una zona próxima a la localidad de Berriozar conocida como la Esparceta.

Se trata del quinto fugado identificado y el primero de los 55 gallegos muertos durante la fuga del penal del Fuerte de San Cristóbal el 22 de mayo de 1938.

Con la de Vicente Mejuto son ya 29 las personas identificadas desde la creación del banco de ADN de Nafarroa sobre un total de 268 expedientes abiertos durante este tiempo, ha indicado en una nota el Gobierno navarro, al que se adscribe el Instituto Navarro de la Memoria.

Vicente Mejuto Leis nació el 24 de enero de 1913 en la localidad coruñesa de Cee. Estaba soltero y era chófer, y fue detenido junto a su hermano Teófilo y otros sindicalistas de su comarca, que fueron condenados a muerte y fusilados.

Vicente Mejuto fue procesado y juzgado por rebelión militar y condenado a doce años y un día de prisión. El 17 de junio de 1937 fue trasladado desde la Prisión Provincial de A Coruña al penal del Fuerte de San Cristóbal, en el monte Ezkaba cercano a Iruñea, donde permaneció encerrado hasta el día de la fuga.

Exhumado en 2015

La fosa de la Esparceta fue exhumada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi a iniciativa del Ayuntamiento de Berriozar el 18 de abril de 2015, recuerdan las mismas fuentes.

Para su localización fueron de gran relevancia las investigaciones de Fermín Ezkieta y los testimonios de varios vecinos de la localidad, que narraron el importante movimiento de militares y guardias civiles tras conocerse la noticia de la fuga, y la detención de cuatro presos, conducidos por el llamado Camino del Agua hasta el paraje de la Esparceta, donde les mataron.

Durante los años siguientes, en el paraje de la Esparceta se ha desarrollado un importante proyecto de creación de un espacio de memoria, con participación comunitaria, especialmente de jóvenes de la localidad (la mayoría alumnado del IES Berriozar), organizados en torno a Gaztegune con la dinamización de la asociación Ikari Ari.

El trabajo, dentro de la propuesta educativa de aprendizaje-servicio, consistió en tareas de limpieza y acondicionamiento del espacio, combinada con la reflexión sobre aquellos hechos, que han dado lugar a la creación de un parque inaugurado el año pasado.

Muestras genéticas aportadas

En cuanto a las identificaciones, el Gobierno de Nafarroa recuerda que solo pueden llevarse a cabo si se cuenta con muestras genéticas aportadas por familiares, y para contactar con ellos es fundamental el trabajo de las asociaciones.

En este caso, un familiar de Vicente Mejuto contactó con Txinparta-Fuerte de San Cristóbal, que a su vez lo puso en conocimiento del Instituto Navarro de la Memoria.

En el caso de los fugados gallegos, aunque todavía no han podido producirse más identificaciones, el banco de ADN cuenta con muestras de varios familiares de asesinados en la fuga gracias a la colaboración de numerosas asociaciones memorialistas de Galicia, que se han implicado en la búsqueda de esos descendientes.

Desde el Instituto Navarro de la Memoria se confía en que esta identificación estimule nuevos contactos para seguir avanzando en este complejo proceso.