Iñigo Garcia Odiaga
Arquitecto

Activar lo rural

La despoblación de los núcleos rurales es un problema que no entiende de fronteras en todo Europa. El proyecto realizado por el estudio LabF3 en Contrada Bricconi forma parte de un plan más amplio de reordenación de este antiguo asentamiento rural, cuya fundación se remonta al año 1500. Este enclave disfruta de un entorno paisajístico idílico, ya que se encuentra situado a unos 950 metros de altitud en el municipio de Oltressenda Alta, en los Alpes italianos.

En su origen, la Contrada era probablemente un lugar ocupado por ganaderos que se desplazaban estacionalmente entre el pueblo, en el valle, y los pastos de altura. Una posición privilegiada, en términos paisajísticos, pero lastrada por la distancia a las importantes carreteras que conectan Bérgamo con Venecia y Suiza, y la dura morfología del terreno, que contribuyó al infortunio de la Contrada, que fue abandonada en los años noventa. A pesar de ese abandono, aún hoy, las antiguas construcciones, los pastos y el bosque conservan, claramente legibles, las características tradicionales del paisaje agrícola de montaña.

En el año 2010 un grupo de amigos quería crear una granja para la restauración de la ganadería y la lechería en la región. El proyecto asocia una producción vinculada a la tradición local, en cuanto a la raza y el número de animales y el tipo de productos con el uso de tecnologías innovadoras.

La nueva actividad productiva es proporcionada a la realidad montañosa en la que se encuentra, con el fin de explotar los recursos del territorio de forma óptima y sostenible. Además, el proyecto se ha orientado hacia la inclusión de nuevas actividades con la sostenibilidad económica del conjunto. Por ello, parte del plan de negocio es el agroturismo, incluidos espacios de alojamiento y ocio, así como espacios para la actividad docente y para pequeños congresos.

El proyecto consiste en la construcción de una granja y una lechería, así como en la restauración de los antiguos edificios existentes para el desarrollo del agroturismo. Los nuevos edificios resuelven un establo, un granero y una quesería, ya que sus espacios albergan de forma las nuevas tecnologías que requieren, para garantizar la máxima calidad en la producción, pero también un sistema de trabajo adecuado.

Las nuevas piezas se disponen en una suerte de continuidad con las antiguas. El nuevo volumen utilizado como lechería se asemeja a un antiguo granero existente, ahora restaurado como centro comunitario. De modo, que esta contención volumétrica o si se prefiere, reinterpretación de los volúmenes tradicionales, asume el papel simbólico de enlace entre los edificios existentes y los nuevos.

Esta elección tan racional, y tan directa en la resolución compositiva y de diseño del nuevo asentamiento, es el resultado de un largo periodo de investigación y reflexión. Los arquitectos y los promotores del proyecto han compartido, a lo largo de todas las fases del proceso, la conciencia de operar en un contexto con un paisaje de gran calidad y portador de una importante memoria histórica. Los proyectistas dedicaron algún tiempo a visitar y estudiar contextos que se encuentran luchando contra problemas similares, identificando como campo de investigación proyectos recientes ubicados en los Alpes suizos, caracterizados por un claro valor técnico combinado con un enfoque consciente de la historia y las tradiciones locales.

La elaboración del proyecto estuvo motivada entonces por las lógicas tradicionales, por el saber vernacular de la región, por lo que se han mantenido los materiales y la espacialidad originales, pero siempre desde un análisis contemporáneo. Cuando las necesidades de la preexistencia han requerido una intervención, se han utilizado nuevos materiales y sistemas constructivos modernos, operando según una lógica de reconocimiento del elemento contemporáneo, al tiempo que se han utilizado acabados que recuerdan el carácter rural y el lenguaje esencial de los espacios y estructuras originales.

Valorar el paisaje agrícola. El revestimiento de los nuevos edificios desempeña un papel importante en la integración de estos en su entorno. Se eligió un material que no oculta el carácter contemporáneo de la nueva intervención, al tiempo que dialoga con la piedra de los edificios antiguos y de la ladera rocosa que cierra la zona al Norte. Se utilizaron tablas de alerce sin tratar, que adquieren un color gris plateado con el paso del tiempo, y según la exposición al sol. La alternancia de tablas de 9 cm y 18 cm, siguiendo un módulo que se repite a lo largo de toda la fachada, da un ritmo más vivo a las superficies de la envolvente, acentuado por los cortes horizontales que marcan la posición de los marcos de las ventanas y las puertas. Además, todo el revestimiento está modulado para maximizar la utilización de tablas con una longitud de 4 m, de acuerdo con las normas de producción industrial. Así se consigue abaratar una fachada que a lo largo de la envolvente del granero adquiere grandes proporciones.

De este modo, el restablecimiento de una actividad agrícola en un antiguo asentamiento, que ofrece un trabajo y un modo de subsistencia, se convierte en una oportunidad para un verdadero proyecto de rehabilitación de lo existente y de valorización del paisaje agrícola alpino, así como para mantener la memoria y el saber de esos paisajes.