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Reciclar y reutilizar, la economía circular en el sector del automóvil

El potencial del reciclaje va calando poco a poco en distintos sectores industriales y el del automóvil es uno de ellos. En una industria que busca ventas masivas, reciclar y reutilizar se convierten en retos para adaptarse a la economía circular a nivel mundial.

El potencial del reciclaje va calando poco a poco.
El potencial del reciclaje va calando poco a poco.

Cada vez más fabricantes buscan gestionar mejor el ciclo de vida de sus productos para reducir la huella del carbono. Aún no es un proceso generalizado, pero va ganando terreno en distintos sectores, y el del automóvil es uno de ellos. Muchos buscan renovar piezas, reciclar baterías de autos eléctricos, el plástico de la carrocería o los metales preciosos de los convertidores catalíticos.

Los volúmenes tratados siguen siendo una gota de agua en el mar de los diez millones de vehículos que se venden cada año en Europa, pero también es una revolución en una industria que siempre ha buscado ventas masivas. Jaguar Land Rover trabaja para mejorar el reciclaje de aluminio para reutilizarlo en la fabricación de autos; Toyota trata de que las piezas sean más fácilmente desmontables y, para ello, planea crear 15 plantas piloto en el mundo para 2025. «Ya no hay ningún tabú. Ya no nos centramos en lo nuevo», apunta Jean-Denis Curt, responsable de economía circular de Renault. «Pero la dificultad es seguir siendo competitivo respecto a los materiales vírgenes», contrapone.

En una planta piloto de la empresa Indra en un polígono industrial de Romorantin-Lanthenay, en el Estado francés, se inspeccionan y se desmontan 5.000 autos en cadena cada año, como si se tratara de una fábrica de vehículos. Hace una década, un trabajador desmontaba solo todas las piezas.

La plantilla rompe los airbags, vacía los depósitos y recupera en dos horas motores, neumáticos, salpicaderos, retrovisores y cualquier pieza que se considere de valor. Suele ser un promedio de un 35% del peso total del vehículo. Las piezas se ponen rápidamente en línea a disposición de mecánicos y de particulares. El resto se prensará, fundirá, quemará o reciclará.

El proceso está industrializado y esta filial de Renault y Suez lo exportó a una decena de centros en Europa para multiplicar por diez el volumen de coches reciclados.

Reducción de emisiones

A finales de 2020, la industria se reunió por primera vez para reflexionar sobre una estrategia circular global en el marco del Foro de Davos. «En base a la tecnología actual, podríamos reducir un 75% las emisiones de CO2 y un 80% el consumo de recursos para 2030, por pasajero y por kilómetro», apunta un informe del Foro, que propone soluciones prácticas a los fabricantes.

Europa pide desde 2015 que los vehículos se puedan reciclar en un 85% y cuenta con revisar estas normas a partir de 2022.

«Es también una cuestión estratégica esencial para Europa, que no tiene un acceso evidente a las materias primas y que se encuentra en una fase de reindustrialización», apunta Jean-Philippe Hermine, exresponsable de Renault reconvertido en experto en movilidad para el centro de reflexión Iddri.

En el salón del automóvil de Múnich, BMW presentó a principios de setiembre el prototipo iVision 2040, 100% reciclado y reciclable, con un mínimo de piezas, sin cuero y sin pintura. El fabricante aboga por monomateriales, realizados con un único tipo de plástico o de metal, de reciclaje más fácil.

«Existen esfuerzos serios para mirar la industria del lado circular, especialmente desde el punto de vista económico», reconoce Benjamin Stephan, experto en transporte de Greenpeace. Pero «los fabricantes deberían empezar construyendo vehículos eficaces desde el punto de vista energético», subraya Stephan, que apunta, por ejemplo, a los todoterrenos ligeros de BMW.