Daniel   Galvalizi
Periodista

Soberanismo vigente y disputa por la organización del Estado, a debate en Madrid

Los coordinadores del libro ‘Cataluña-España, ¿del conflicto al diálogo político?’, entre ellos los profesores Jordi Muñoz y Mario Zubiaga, participaron de una mesa redonda que expuso la pluralidad de voces de la sociedad catalana, su crítica visión del Estado y las posibles soluciones al conflicto.

Mario Zubiaga, a la derecha, junto al resto de participantes en la mesa redonda en Blanquerna. (J. DANAE | FOKU)
Mario Zubiaga, a la derecha, junto al resto de participantes en la mesa redonda en Blanquerna. (J. DANAE | FOKU)

El subsuelo del Centre Cultural Blanquerna, en el edificio de la Delegación del Govern catalán, estaba abarrotado de gente, sentada hasta en las escaleras, en la fría noche madrileña de este martes. La convocatoria era para un debate profundo y en perspectiva sobre el «procés», sobre cómo se llegó a la DUI y cómo encontrar una salida al conflicto soberanista.

Con la excusa de la presentación formal de ‘Cataluña-España, ¿del conflicto al diálogo político?’ –editado por Libros de Catarata e impulsado por el director del Institut Ramon Llull, Pere Almeda–, cuatro de los coordinadores de los dossiers incluidos en la publicación compartieron una mesa redonda en la que defendieron la necesidad de un diálogo bilateral y la votación de un acuerdo, y recalcaron la diversidad de sensibilidades de la sociedad catalana y de la española.

El puntapié inicial lo dio la delegada del Govern, Ester Capella, quien destacó la «recopilación de 60 autores de perspectivas muy diversas» en el libro y añadió que, con la puesta en marcha de la mesa de diálogo, el Gobierno español reconoce «que existe un conflicto y ha decidido un diálogo para resolverlo. La solución pasa por dar la palabra al otro y por poner fin a la represión y dejar claro que todas las opciones son igualmente realizables».

La delegada del Govern en Madrid, Ester Capella, conversa con Jon Iñarritu y Gorka Elejabarrieta en presencia de Mario Zubiaga. (J. DANAE/FOKU)

Ya sentado en el pequeño escenario montado debajo de la librería del Blanquerna, Pere Almeda calificó el libro como «una diagnosis plural y diversa que aporta propuestas sobre cómo resolver el conflicto», y dio la palabra al profesor de la Universitat de Barcelona y presidente del Centre d’Estudis d’Opinió de la Generalitat catalana, Jordi Muñoz.

«Hay que entender el ciclo del ‘procés’ no como una especie de alucinación colectiva que duró unos años, sino como una fase más de un conflicto secular de la distribución del poder en el Estado español. No entenderlo aisladamente, sino como una expresión mas de un conflicto histórico. Esto no termina en 2017 y no terminará a menos que se le dé una solución democrática», enfatizó Muñoz.

También dijo que «el proceso de polarización política fue favorecido por la respuesta que dio el Estado –con la judicialización, la cárcel, el exilio y las sentencias– y con una ausencia de una oferta de tercera vía, una ausencia de gestos». A contramano de lo que algunos formadores de opinión diagnostican, expuso que «el independentismo no está cautivo ni desarmado, ha tenido buenos resultados en las municipales y las autonómicas y tiene un control de las instituciones similar al de 2017».

En ese sentido, consideró que hay personas que, ante la incomodidad que les produce el fenómeno independentista, han tendido a comprar las teorías más peregrinas, como que «esto es un soufflé pasajero, producto solo de la maquinación de élites, cuando no lo es».

Jordi Muñoz: «El independentismo no está cautivo ni desarmado, tiene un control de las instituciones similar a 2017»

Muñoz explicó que en el dossier que él coordinó para el libro intentó buscar una representación de colaboradores «suficientemente plural para entender qué hay de fondo, más allá de la lucha partidista», y que lanzó cuatro preguntas referentes a lo sucedido: por qué no se consiguió la independencia en 2017, qué faltó para ello, las tensiones ideológicas en el soberanismo y cuál debería ser la estrategia actual.

«Hay dos familias de respuestas: las que atribuyen lo que pasó a un factor endógeno, del propio movimiento, que no fueron suficientemente astutos o valientes, y los que identifican lo ocurrido a factores exógenos, por la famosa correlación de fuerzas», reflexionó. Y añadió que quienes se apoyan en lo endógeno suelen ser el sector de derechas del soberanismo y el de izquierdas del contrario.

«¿Qué pinta un vasco aquí?»

También ha sido coordinador de uno de los dossiers el doctor en Ciencias Políticas y profesor de la UPV-EHU Mario Zubiaga, integrante de Gure Esku, quien felicitó a la Delegación del Govern por proponer esta mesa redonda y bromeó con que el título del libro porque se acabó de editar poco antes del anuncio de la mesa de diálogo: «Ha sido una profecía autocumplida».

«Bueno, entonces podéis pensar, ¿qué pinta un vasco aquí? Puede pintar algo, pero espero que no como mediador», ironizó Zugiaga al inicio de su intervención. Fue antes de señalar que «ese título» del libro «se ha intentado en Euskal Herria durante los últimos 40 años, ha tenido cientos de intentonas». Y recordó la similitud en los debates públicos, porque «los temas son siempre los mismos: amnistía y autodeterminación por un lado, y por el otro leyes y Constitución, nada nuevo bajo el sol».

Mario Zubiaga: «Hace falta un marco de claridad europeo que pueda ser una pista de aterrizaje»

Zubiaga estuvo a cargo de un documento de varios actores sociales, académicos y políticos de todo el Estado e internacionales que consensuaron el escrito de forma unánime. Piden en él un «marco de claridad europeo» para ayudar a solucionar este tipo de conflictos.

El académico vasco recordó que «la política es gestión pero también crear problemas, crear derechos inexistentes pero necesarios». Y dijo que la política, y no el derecho, deberá gestionar el conflicto soberanista para llevar a «la posibilidad de decidir vivir felizmente juntos o felizmente separados, porque cada pueblo tiene derecho a ser feliz a su manera».

«La legitimidad política no se agota en la legalidad jurídica. Lo que hemos visto es que el Derecho estuvo para aquello para lo que no debe estar, para agrandar problemas. Y estos conflictos territoriales no se limitan a la pluralidad cultural, sino a la gestión del territorio», recalcó. Cree que por ello se ha acentuado «el debate de la soberanía, en sus temáticas de energía, etcétera, y también la otra [visión], la dura, la del Estado, que es un significante flotante, que puede anclarse en lecturas de estados amurallados, xenófobos...».

Por ello, Zubiaga entiende que la dirección soberanista se encuentra «con un tema tabú sagrado, un punto ciego en la democracia, que es la definición de las fronteras estatales, un punto ciego que lleva a una represión que debería preocupar».

Lamentó, por último, que haya «una crisis brutal del Estado de Derecho europeo» y «una erosión de los valores en Europa». En ese contexto, apeló a que haya «un marco de claridad europeo que pueda ser pista de aterrizaje» para el conflicto soberanista, que en definitiva se encuentra «frente a dos tesis: que España jamás permitirá un proceso de independencia en forma pacífica, que es irreformable o, la segunda, que no será posible la independencia si no hay un acuerdo procedimental con el Estado».

Saludo entre Pablo Iglesias y Gabriel Rufián. (Fernando SÁNCHEZ/Europa Press)

Iglesias, Iñarritu y Elejabarrieta, Rufián...

Coordinadora de otra de las partes del libro, Gemma Ubasart, profesora de la Universitat de Girona y ex secretaria general de Podem en Catalunya, destacó que el hecho de que «se cierre un ciclo de protesta no significa ni mucho menos que haya una solución del conflicto. Lo que se abre es solo otra fase».

«Hay incentivos para avanzar en la resolución del conflicto porque degrada la vida política, crea el pin-pan-pun diario y, sobre todo, hay incentivos para la contraparte española. La gobernabilidad no es fácil y no lo será hasta que no haya una vía política de hacer frente al reto territorial», aseveró, además de considerar que «la calidad democrática del Estado de Derecho en España se ha devaluado por la respuesta al conflicto».

En el auditorio estuvieron presentes el exvicepresidente del Gobierno español Pablo Iglesias, que intervino en esta segunda mesa redonda; el senador Gorka Elejabarrieta y el diputado Jon Iñarritu –ambos de EH Bildu–; el líder del grupo parlamentario de ERC, Gabriel Rufián; y el miembro de la Mesa del Congreso por Unidas Podemos Gerardo Pisarello.