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Sortu recuerda a Pablo González, el obrero que murió por las cargas policiales en el Euskalduna

Sortu ha homenajeado este martes a Pablo González Larrazabal, el trabajador que murió el 23 de noviembre de 1984 cuando trataba de protegerse de la Policía que entró en el astillero Euskalduna bilbaino durante las protestas de los trabajadores contra la reconversión naval.

Concentración realizada por Sortu este martes. (Aritz LOIOLA/FOKU)
Concentración realizada por Sortu este martes. (Aritz LOIOLA/FOKU)

Tras la misma pancarta que utilizaron los trabajadores del Euskalduna en las protestas contra la reconversión del astillero y con los chalecos reflectantes de Tubacex puestos, Sortu ha recordado este martes a Pablo González Larrazabal, el trabajador que murió el 23 de noviembre de 1984 durante las brutales cargas policiales.

El día que se han cumplido 37 años desde la intrusión policial que provocó un infarto a González, varias personas se han concentrado en el puente de Deusto de Bilbo, desde donde han lanzado una pancarta gigante con el lema "Langileon borrokak darrai (La lucha de los trabajadores sigue)", para poner en valor, por una parte, la «identidad luchadora» que «históricamente» ha tenido la clase trabajadora vasca y, por otra, advertir de que hoy en día la clase obrera sigue a merced de la lógica del capital.

En el acto han participado extrabajadores de los astilleros del Euskalduna y varias de las mujeres que llevaron a cabo el encierro a su favor. También han asistido trabajadores de otras empresas que mantienen actualmente luchas para mejorar sus condiciones laborales, como Indusal, Tubacex, Artiach o ITP.

Mediante esta concentración, Sortu también ha mostrado su apoyo a los trabajadores del metal que están de huelga en Cádiz.

La pancarta gigante que ha colgado Sortu desde el puente de Deusto. (Aritz LOIOLA/FOKU)

Disparos que infartan

La batalla contra la reconversión del astillero Euskalduna llevaba ya semanas agitando desde la orilla de la ría al Bilbo pre-Guggenheim. A finales octubre de 1983 el astillero Euskalduna informó del cierre como parte de la reestructuración del sector naval en  el Estado español. Y el 6 de noviembre el comité de empresa comenzó a movilizarse.

Día tras día los trabajadores protestaban y la Policía cargaba contra ellos. Pero el 23 de noviembre de aquel año lo hizo con especial vehemencia. La Policía entró en la factoría con tanquetas, disparando con fuego real de metralleta, asaltaron el edificio que albergaba las sedes sindicales, arrasando con todo lo que encontraban a su paso; inodoros, tuberías, libros, trabajadores.

Pablo González llegó muerto al hospital. (@EuskalMemoria)

Las consecuencias fueron terribles: varios obreros golpeados con culatas u porras; el trabajador Jesús Hernández Casado con quemaduras graves en el 22% de su cuerpo; otro, Vicente Carril, herido de bala a sus 23 años.

Pablo González Larrazabal se refugió en el interior de un buque en construcción cuando las fuerzas policiales empezaron a disparar con metralletas. Murió de un infarto cuando intentaba protegerse de los antidisturbios subiendo por la escalera del buque de unos 15 metros de altura. El compañero que iba detrás de él vio cómo se desplomaba. Lo agarró, lo llevó a resguardo y falleció sobre sus piernas.