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La Fiscalía mantiene la petición de cinco años para Fillon por el caso de los empleos ficticios

La Fiscalía francesa ha mantenido la petición de cinco años de cárcel, cuatro de ellos exentos de cumplimiento, para François Fillon, y dos para su esposa, Penelope Fillon, para quien no solicita el ingreso en prisión.

El ex primer ministro francés, François Fillon, y su esposa, Penelope Fillon, captados en el juzgado durante el juicio, en marzo pasado. (Thomas SAMSON/AFP)
El ex primer ministro francés, François Fillon, y su esposa, Penelope Fillon, captados en el juzgado durante el juicio, en marzo pasado. (Thomas SAMSON/AFP)

La Fiscalía ha pedido hoy cinco años de cárcel, cuatro de ellos exentos de cumplimiento, para el ex primer ministro francés François Fillon en el juicio en apelación por el caso de los empleos supuestamente ficticios.

Los representantes del Ministerio Público en el Tribunal de Apelación de París también han reclamado una multa de 375.000 euros contra el que fuera primer ministro durante toda la presidencia de Nicolas Sarkozy (2007-2012) y diez años de inhabilitación para ejercer cargos públicos.

Para su esposa, Penelope Fillon, principal beneficiada de esos empleos al parecer inexistentes, han solicitado dos años de prisión exentos de cumplimiento y la misma multa de 375.000 euros.

Tras haber sido condenado en primera instancia a cinco años de cárcel, de los cuales dos firmes, así como a 375.000 euros de multa y diez años de inhabilitación, Fillon y su esposa decidieron recurrir.

Las revelaciones del escándalo por los empleos ficticios de Penelope Fillon en enero de 2017 hundieron la candidatura presidencial de su marido, que en las elecciones de la primavera de ese mismo año ni siquiera llegó a lograr los apoyos necesarios para pasar a la segunda vuelta, aunque hasta que se conocieran esas revelaciones  había sido el favorito en las encuestas para hacerse con el Elíseo.

Penelope Fillon recibió 613.000 euros como asistente parlamentaria entre 1998 y 2013, primero de su esposo y luego de Marc Joulaud, que le sustituyó en el escaño cuando este se convirtió en primer ministro.

Si se suman todos los gastos y las cotizaciones sociales, ello implicó un coste de más de un millón para las arcas públicas.

La acusación sostiene –como los jueces que dictaron sentencia en primera instancia– que no era un empleo real y que la pareja se había beneficiado de ese dinero de forma ilícita.

Fillon, sin embargo, insistió la semana pasada en su línea de defensa asegurando que su mujer hacía el trabajo de asistente parlamentaria en la Asamblea Nacional, aunque no dejara rastro material de esa misión, ya que según la defensa desempeñaba esa labor desde su circunscripción, no en París.