«Hawash gana tras 141 días en huelga de hambre», ha expresado el primer ministro palestino, Mohamed Sthayeh, después de que Israel decidiera poner el libertad el próximo mes de febrero al preso palestino Hisham Abu Hawash, de 40 años, que ha abandonado la huelga de hambre que mantenía desde hace casi cinco meses en contra de su detención administrativa.
Hawash estaba hospitalizado en estado crítico extremo y, según medios locales, Egipto intercedió para calmar la tensión ante las crecientes manifestaciones en Cisjordania ocupada que pedían su liberación inmediata.
Los médicos que le atienden avisaron el lunes de que su estado de salud es grave y la ONG israelí Médicos por los Derechos Humanos indicó un día antes que el preso palestino «corre peligro de muerte inminente» por los bajos niveles de potasio en sangre y la posibilidad de una arritmia cardíaca.
La huelga de hambre de Hawash, miembro de la Yihad Islámica, que amenazó con una «explosión» de violencia si no era liberado inmediatamente, ha motivado protestas contra este tipo de arrestos sin cargos y sin que haya mediado juicio por el que 500 palestinos están actualmente encarcelados.
El año pasado, más de 60 presos en detención administrativa se declararon en huelga de hambre y a mediados de noviembre dos prisioneros que llevaban en sin ingerir alimentos más de 115 días la cesaron tras el compromiso de Israel a liberarlos.
Hawash fue arrestado el 27 de octubre de 2020 y su detención administrativa ha sido prorrogada en tres ocasiones. Según la decisión judicial de hoy, será liberado el próximo 26 de febrero.
Celebrado como «victoria»
Decenas de palestinos se han concentrado frente a la casa familiar de Hawash, en la localidad cisjordana de Hebrón, para celebrar lo que han recibido como una «victoria».
La política israelí aplica a los palestinos este tipo de detención, sin presentación de cargos ni juicio, cuya extensión es prácticamente indefinida ya que es prorrogable por períodos renovables que oscilan entre tres y seis meses, sobre la base de «pruebas secretas» que ni el abogado ni el detenido pueden revisar.
El Comité Internacional de la Cruz Roja, tras visitar el sábado a Hawash en el hospital, pidió una solución para «evitar consecuencias irreversibles».
«Todos los detenidos deben ser tratados humanamente y con dignidad», manifestó en un inusual comunicado.