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Bruselas insta a los miembros de la UE a prepararse ante un corte de suministro del gas ruso

Un corte de suministro del gas ruso es un escenario ante el que los estados miembros de la UE deben prepararse, según ha recomendado la Comisión Europea, que insta, además, a reducir el consumo eléctrico para reducir la dependencia energética respecto a Rusia.

Coches ante una gasolinera de la ciudad griega de Salónica.
Coches ante una gasolinera de la ciudad griega de Salónica. (Sakis MITROLIDIS)

La Comisión Europea ha recomendado este miércoles a los países de la UE que se preparen para un corte completo del suministro de gas de Rusia, un escenario en el que ha propuesto limitar el precio del gas en el mercado mayorista de la electricidad, a la par que ha instado a reducir la demanda de electricidad como parte de sus recomendaciones a corto plazo.

«La Comisión invita a los estados miembros a acelerar la adopción de medidas de preparación ante un posible corte del suministro de gas ruso», ha señalado el Ejecutivo comunitario en el documento de medidas a corto y largo plazo para una intervención del mercado eléctrico.

Además, Bruselas detalla en su estudio que una «reducción de la demanda de electricidad podría tener un efecto claro en la reducción de precios», por lo que recomienda a los estados miembro «incentivar reducción de la demanda».

Un posible corte de suministro de gas podría requerir que se redujera la demanda de este combustible, incluso en aquellos estados miembros «menos afectados directamente» de cara a asegurar el suministro y el funcionamiento de sectores esenciales en aquellos países de la UE más afectados, ha expuesto el Ejecutivo comunitario.

En este escenario de disrupción de aprovisionamiento de gas por parte de Rusia, Bruselas ha recomendado a los estados miembros establecer un límite máximo para el precio del gas en los mercados europeos de cara al sector eléctrico, una medida similar a la que han pedido aplicar el Estado español y Portugal considerando su condición de isla energética.

No obstante, ha exhortado a que la medida sea limitada en el tiempo y que evite que la UE tenga más dificultades de acceso a otros proveedores de gas, sea a través de gasoducto o de gas natural licuado, lo que deterioraría todavía más la situación.

Bruselas ha abogado, además, por que los países de la UE introduzcan medidas de compensación para aquellos consumidores más vulnerables y ha sugerido que los contratos de compra de energía a largo plazo (o PPA por sus siglas en inglés) pueden ser un instrumento que asegure la estabilidad de precios para ciertas categorías de consumidores.

El Ejecutivo comunitario ha incluido entre sus recomendaciones a los estados miembros que se aplique una extensión temporal de los precios regulados de la electricidad para las pequeñas y mediadas empresas, o establecer subsidios para los costes del gas en la generación de electricidad para rebajar los precios de este combustible fósil en el mercado.

Además, ante el posible aumento de los flujos comerciales entre las zonas de oferta puede derivar en un aumento de los ingresos de congestión, que recomienda que se utilicen para asegurar la capacidad de la red y financiar medidas de emergencia para los consumidores más vulnerables.

Más carbón y nucleares

De este modo, Bruselas propone aumentar la participación de las centrales de carbón y las nucleares en el mix energético para reducir la dependencia del gas ruso, según ha señalado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.

Así el plan presentado por la Comisión Europea plantea reducir la participación de las centrales de ciclo combinado de gas en el mix energético sustituyéndolo por energía producida a partir de carbón, que aumentaría su participación a 100 Teravatios por hora (tWh), un 5% más que en la actualidad, y por energía nuclear, hasta 44 tWh.

Se trataría, según han explicado fuentes comunitarias, de una medida de carácter temporal que no se prevé que se extienda en el tiempo más allá de quince años, aunque se desvía de la línea marcada previamente para reducir la participación de las centrales de carbón del mix energético para alcanzar el objetivo de que la UE sea central en carbono en 2050.

El plan consta de dos movimientos, uno en el que se use menos gas natural en una fase de transición, «por lo que se podría utilizar carbón un poco más de tiempo que tendría un impacto negativo en las emisiones y, en paralelo, se acelera la introducción de renovables, como solar, eólica y biometano, para alcanzar un equilibrio», ha explicado el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans.

«No espero terminar este periodo con más emisiones», ha señalado el vicepresidente del Ejecutivo comunitario, que ha apuntado que al final «incluso podrían reducirse más» las emisiones.

Para ello, está prevista una inversión adicional de 210.000 millones de euros adicionales hasta 2027.