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Las muertes y la destrucción se multiplican en el frente del Donbass

La ofensiva en el Donbass está multiplicando el número de muertes y la destrucción de infraestructuras. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, reconoció que «cada día mueren entre 50 y 100 ucranianos» en esta región, donde las fuerzas rusas están consiguiendo avances hacia Severodonetsk.

Impacto de un mortero en la carretera que llega a Lysychansk, en el Donbass.
Impacto de un mortero en la carretera que llega a Lysychansk, en el Donbass. (Aris MESSINIS | AFP)

El frente del Donbass, va camino de convertirse en una carnicería humana y en una trituradora de infraestructuras y de material militar, con constantes bombardeos y ataques.

Según el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, cada día «mueren entre 50 y 100 ucranianos», refiriéndose probablemente a militares, según “The Guardian”.

Aunque tanto las cifras que dan Kiev (29.200 muertos de las fuerzas rusas en toda la ofensiva) o el servicio de Inteligencia británico (entre 15.000 y 25.000 muertos de las fuerzas rusas)  y Moscú (hablaba de 23.000 bajas ucranianas el mes pasado), son difícilmente verificables, el alargamiento de la guerra está aumentando la sangría.

El gobernador de la región de Lugansk afín al Gobierno ucraniano, Serguii Gaidai, señaló que Rusia ha concentrado en el Donbass a las unidades retiradas de la región de Jarkov, a las que han concluido la toma de Mariupol, a las milicias prorrusas, a las unidades chechenas y a tropas de refuerzo de Siberia y el Extremo Oriente ruso, pero también su mejor armamento, como los sistemas antimisiles S-300 y S-400.

El punto crucial es Severodonetsk y la vecina Lysychansk, con el objetivo de cortar la carretera que conecta con Kiev y completar la toma de la región de Lugansk.

Según Gaidai, los bombardeos con misiles, aviación, artillería o tanques se producen «24 horas sobre 24 y utilizan la táctica de tierra quemada, destruyen deliberadamente la ciudad. Simplemente destruyen el territorio con aviación y artillería para que sus tropas puedan entrar más adelante». El Ejército ucraniano informó de la muerte de al menos siete civiles el pasado domingo.

Avance ruso

Esta concentración de fuerzas está dando sus frutos y ayer las fuerzas rusas lograron varios avances al norte y oeste de Popasna, donde rompieron las defensas ucranianas, obligadas a retroceder.
También se inició el asalto a la ciudad de Lyman, ya muy cerca de la ciudad de Sloviansk y en dirección a Kramatrorsk, el centro administrativo de las autoridades de Kiev en el Donbass.

En el sur, a su vez, Rusia está levantando segundas líneas de defensa, reforzando los sistemas antiaéreos y el grupo de artillería, según el Estado Mayor ucraniano, que prevé próximas acciones ofensivas también en este frente.

Igualmente, aseguró que las Fuerzas Armadas de Bielorrusia han intensificado sus actividades de reconocimiento y están desplegando unidades adicionales de tropas cerca de la frontera, y cree que pueden producirse ataques aéreos y con misiles desde territorio bielorruso.

A las cifras de muertes se añade el hallazgo entre los escombros de una base de entrenamiento en la localidad de Desna, en la provincia de Chernigov, de un total de 87 cuerpos tras el ataque ruso lanzado el pasado 17 de mayo, según Zelensky.

Las autoridades ucranianas también dijeron haber recuperado 150 cadáveres entre los escombros en un total de 98 emplazamientos de la región de Jarkov (este), de la que los rusos se replegaron hace unos días.

Jarkov y su capital, del mismo nombre y la segunda en importancia del país, fueron una zona especialmente castigada en los intentos de las fuerzas rusas de acceder desde allí a las vecinas regiones prorrusas del Donbass, aunque luego trasladaron el grueso de la ofensiva al este.

A su vez, en Jerson, al sur del país, Rusia denunció la muerte de dos civiles, uno de ellos un adolescente, en un ataque ucraniano con misiles contra la ciudad de Belozerka.

En Jerson, como en la vecina Zaporiyia, a estos ataques de las fuerzas ucranianas se suman los atentados contra líderes prorrusos desde el interior de las regiones bajo control de Moscú. En uno de ellos resultó herido el domingo el alcalde de Energodar, Andrei Shvechik, junto a dos de sus guardaespaldas, por un artefacto colocado en el portal de su domicilio.

Arsenales

Además de las pérdidas de vidas, ambas partes dan cuenta también de la destrucción de gran cantidad de material militar. No solo del desplegado en el frente.

Rusia anunció que destruyó en la región de Zhitomir (noroeste) armamento que iba a ser trasladado al Donbass, además de derribar tres cazas ucranianos Su-25, así como 13 drones.
Precisamente, uno de los objetivos de Moscú es cortar el creciente flujo de armamento occidental con el que Kiev espera revertir el lento avance ruso en el Donbass.

Y este suministro no deja de aumentar. Tras los 40.000 millones de dólares de apoyo a Kiev aprobados por Estados Unidos la semana pasada, o los diferentes tramos que suman al menos 2.000 millones de euros de la Unión Europea, Washington consiguió ayer que otros veinte países se comprometieran a un suministro suplementario de armas a Kiev, sobre todo en municiones de artillería, sistemas de defensa costera y vehículos blindados.

En este sentido, el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, subrayó el compromiso de su país de ayudar militarmente a Ucrania «hasta el final», al comenzar la segunda reunión de responsables de Defensa de 44 países, que ya celebraron una primera reunión hace un mes en Ramstein (Alemania) y al que ahora se han sumado Austria, Bosnia Herzegovina, Colombia, Irlanda y Kosovo

Austin aseguró que Ucrania contará con todo el material que necesite para defenderse. 

En concreto, señaló que se mandarán al país 18 nuevos cañones howitzers, 18 vehículos tácticos para transportarlos, artillería y sistemas de radares. Agradeció especialmente a Dinamarca por proporcionar a Ucrania una lanzadera de arpones y misiles para defender su costa y a la República Checa, por su «respaldo cuantioso», que incluye helicópteros, carros blindados y cohetes.

La escalada armamentística que desborda las fronteras ucranianas y se extiende a los crecientes presupuestos militares de los países europeos hizo que el Kremlin advirtiera de que «la militarización de Europa y los futuros suministros de armas a Ucrania no contribuyen a reforzar la seguridad y la estabilidad del continente europeo».

El representante del Kremlin  Dmitry Peskov, respondía así a las constantes llamadas del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, a un fuerte rearme.

«En general, sabemos que el señor Borrell no es un apologista de los métodos diplomáticos de solución de problemas, a pesar del cargo que ocupa», señaló Peskov. Rusia también recordó a Moldavia su estatus neutral recogido en la Constitución del país, después de que la ministra británica de Exteriores, Liz Truss, afirmara que quiere equipar con armamento moderno «del estándar de la OTAN» a esa república y que estos planes están siendo analizados dentro de la Alianza Atlántica. El Gobierno ruso advirtió de que vigilará la reacción de Chisinau.

En este clima bélico, el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, general Mark Milley, afirmó que su país ha reanudado los contactos con Rusia, en el ámbito militar, para «evitar una escalada» entre ambos países.


Cadena perpetua
Vadim Shishimarin, el primer soldado ruso procesado en Ucrania por crímenes de guerra, fue condenado a cadena perpetua por la muerte un civil en la región de Sumy, una suerte a la que se enfrentarán otros 48 militares, según la Fiscalía ucraniana. Moscú dijo que buscará opciones para ayudar al soldado, aunque no hay misiones diplomáticas rusas en el país.

No al intercambio
El Kremlin descartó el intercambio del diputado opositor ucraniano Viktor Medvedchuk por los militares rendidos en Mariupol, ya que Medvedchuk, arrestado por las autoridades ucranianas, es un ciudadano de Ucrania, y no es militar.

Rublo
El rublo comenzó a circular ayer en la región de Jerson, controlada por tropas rusas, informó Vladimir Saldo, jefe de la administración militar.