El jefe de la administración militar ucraniana en Donetsk, Pavlo Kyrylenko, ha denunciado la muerte de al menos diez civiles, dos de ellos menores, en los bombardeos rusos de las últimas horas.

Tras tomar la ciudad de Lisichansk y completar el control de toda la provincia de Lugansk, las tropas rusas lanzaron el domingo un ataque masivo sobre la ciudad de Sloviansk, uno de los principales enclaves de Donetsk, donde se produjeron hasta 15 incendios en diversos puntos de la ciudad.

Serguii Gaidai, gobernador ucraniano de Lugansk, ha asegurado que «seguimos defendiendo  una ínfima parte del territorio para que nuestro Ejército pueda preparar una nueva línea de defensa», y ha informado de combates cerca de Bilogorivka, limítrofe con Donetsk y a unos kilómetros al oeste de Lisichansk.

Ambas provincias, Donetsk y Lugansk, forman el Donbass, un territorio rusófono que reclama Moscú, y las dos se habían declarado repúblicas independientes pocos días antes de que se iniciara la invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero.

Zelenski: «Volveremos»

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha asegurado tras la caída de Lisichansk que su país «no renuncia a nada» y que regresará a las zonas ahora en manos de los rusos.

El Ejército ucraniano está «avanzando gradualmente en la región de Jarkov, en la región de Jerson (parcialmente tomada por los rusos) y en el mar: (las islas) Zmiinyi es un buen ejemplo de esto. Llegará un día en que diremos lo mismo de Donbass», ha prometido.

Prisiones rusas

El Ayuntamiento en el exilio de Mariupol ha denunciado que «más de 10.000» residentes de ciudad marítima se encuentran actualmente en «prisiones» controladas por la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD).

«Se sabe de varias prisiones de este tipo: dos en Olenivka, un centro de detención preventiva de (la región de) Donetsk y una en Makiyivka», aseguraron fuentes municipales.

«Los detenidos se encuentran en condiciones terribles e inhumanas, como en un campo de concentración. Están encerrados en celdas estrechas de 2 por 3 metros para 10 personas», denunciaron.

Aseguraron además que los actuales «residentes de Mariupol casi no reciben agua ni alimentos. No les dejan salir (de la ciudad). No tienen acceso a la atención médica normal y son sometidos a diversas formas de tortura, tanto física como psicológica».

Entrega de cuerpos de soldados

El Gobierno de Ucrania asegura que ha entregado hasta la fecha los cuerpos sin vida de más de 400 soldados rusos caídos en combate y ha denunciado que Rusia «los recoge en secreto», evitando hacerlo públicamente para que la población no lo vea.

La viceprimera ministra Iryna Vereshchuk ha asegurado que Rusia «no quiere que sus ciudadanos vean que se entregan grandes cantidades de cuerpos. Entienden lo explosivo que sería esto», así que «lo están haciendo casi en secreto, no públicamente, y están tratando de no entregarnos ningún cuerpo a nosotros».