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Madrid baraja colocar un compresor en la conexión de gas entre la CAV y el Estado francés

La ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha anunciado que el Gobierno de Sánchez baraja, entre otras posibilidades, instalar un compresor adicional de gas en los puntos de conexión con el Estado francés que ya existen en la CAV, algo que podría hacerse en dos o tres meses.

La ministra española Teresa Ribera ha anunciado que Madrid baraja colocar un compresor en la conexión de gas entre la CAV y el Estado francés.
La ministra española Teresa Ribera ha anunciado que Madrid baraja colocar un compresor en la conexión de gas entre la CAV y el Estado francés. (Jesús HELLÍN/EUROPA PRESS)

Madrid baraja colocar un compresor en la conexión de gas entre la CAV y el Estado francés, según ha señalado la ministra española Teresa Ribera, quien, en una entrevista a TVE, ha valorado las palabras del canciller alemán, Olaf Scholz, a favor de un gasoducto desde Portugal hacia el resto de Europa.

En una comparecencia ante los medios, Scholz ha asegurado que un gasoducto desde la península Ibérica «habría contribuido masivamente a relajar la situación actual». «Habría podido construirse y ahora se le echa de menos», ha añadido mientras anunciaba que había abordado la posibilidad de recuperar el proyecto con sus colegas de Portugal y del Estado español, y también del Estado francés y con la presidencia de la Comisión Europea.

En relación a lo comentado por el canciller alemán, Ribera ha dicho que un proyecto por los Pirineos catalanes podría estar operativo en «8 ó 9 meses», por lo que es «fundamental ir de la mano» con el Gobierno galo para acelerarlo.

En el caso de la CAV, la opción para asegurar el suministro de gas para este invierno sería colocar un compresor adicional en los puntos de conexión ya existentes con el Estado francés que, según ha precisado, incrementaría el volumen exportado entre un 20 y un 30%.

Ribera ha opinado que las palabras de Scholz son un mensaje clave «para generar esa convicción política del interés europeo que tiene un proyecto de estas características».

Aunque no ha hablado personalmente con Scholz, sí que ha trasladado a su Ejecutivo la voluntad de «contribuir a la emergencia energética que vive el centro y el norte de Europa, utilizando la capacidad de la que dispone España».

Es decir, ha apuntado Ribera, «unas infraestructuras de regasificación complejas que han supuesto un coste adicional para los consumidores de gas españoles, pero que permiten ser empleadas en beneficio de los consumidores europeos».

A fin de asegurar el suministro de gas para este invierno, el Gobierno baraja varios tipos de intervención y una de ellas es la de la CAV.

«Podemos llegar a facilitar entre un 2 y un 2,5 % del gas que se pueda consumir en el conjunto de la Unión Europea», ha explicado Ribera, quien ha admitido que «evidentemente no es mucho, pero es muy relevante».

La opción catalana

Respecto a la interconexión desde Catalunya, ha recordado que en su momento decayó porque «no era viable económicamente en un contexto en el que el gas ruso era mucho más barato que el gas natural licuado (GNL)».

Ahora, la idea en la que Transición Ecológica trabaja con Enagás y con el gestor de infraestructuras gasista del Estado francés es «acelerar, por lo menos, una primera fase, con menor complejidad».

De cara al desarrollo del proyecto, Moncloa ya ha trasladado a los operadores gasistas alemanes y a Berlín «la conveniencia de que Alemania sea invitada a participar en el grupo de alto nivel que trabaja en cómo hacer más efectivas las interconexiones con Francia».

Para Ribera, las declaraciones de Scholz «ponen de manifiesto que las interconexiones son importantes para el conjunto de la Unión Europea», no una cuestión bilateral como se veía hasta ahora, y ha recalcado que un mayor interés del resto de socios «ayuda a allanar el camino y a agilizar» los procesos.

Según la ministra, el gasoducto desde Catalunya «favorece la seguridad de suministro en toda la región», por lo que entiende que debería financiarse como un proyecto europeo que también tendría que estar preparado para el futuro transporte de hidrógeno.

En cualquier caso, ha incidido, se requiere una implicación «muy importante» del Gobierno galo, entre otros motivos, porque los sistemas gasistas del Estado francés tienen que estar preparados para la presión a la que se enviará el gas para hacerlo llegar después al «esqueleto de gasoductos europeos».