Maite Ubiria

El grupo Florian renuncia al macroaserradero que amenazaba a los hayedos pirenaicos

La multinacional italiana Florian renuncia al macroaserradero industrial que proyectaba construir en Lannemezan (Occitania), pero cuyos planes de explotación forestal masiva implicaban también una cercana amenaza para los hayedos de los bosques pirenaicos vascos.

Manifestante durante una protesta para salvar el bosque llevada a cabo en 2020 en Lannemezan.
Manifestante durante una protesta para salvar el bosque llevada a cabo en 2020 en Lannemezan. (Lionel BONAVENTURE | AFP)

El grupo industrial italiano Florian ha optado por abandonar su proyecto de explotación forestal centrado en la construccion de una macro serrería en terrenos de la localidad occitana de Lannemezan, distante en apenas un centenar de kilómetros de la capital de Zuberoa.

La decisión, hecha pública en la tarde de este 17 de agosto, coincidiendo con el trámite de presentación de las conclusiones del estudio de concertación sobre el proyecto industrial lanzado en 2020, ha sido dada a conocer por la Prefectura de Altos Pirineos (Hautes-Pyrénnées).

«El prefecto de Altos Pirineos toma acta de la decisión y, de acuerdo con el prefecto de región y el consejo regional, solicita a los dos inspectores generales del Ministerio de Agricultura que completen su labor con vistas a promover actuaciones a la escala del territorio», se puede leer en el comunicado de la delegación estatal.

50.000 m³ de madera cada año

En la nota se da por finiquitado ese «proyecto de valorización de la madera de haya», al menos en los términos planteados por el grupo Florian, que fijaba como objetivo la extracción de 50.000 metros cúbicos de madera cada año, de ella una parte importante –en torno al 40%– procedente de bosques situados en el departamento de Pirineos Atlánticos, en el que se incluye a Ipar Euskal Herria.

La empresa italiana blandía como argumento la creación de 125 empleos, aunque tanto pequeñas serrerías locales como grupos de defensa del medioambiente han mostrado su preocupación ante las consecuencias ecológicas y sociales de un proyecto de explotación que podía tener implicaciones a futuro también para Zuberoa y Nafarroa Beherea.

En los últimos años, se han producido diversas manifestaciones y marchas para alertar de la implantación de un macroproyecto que, de acuerdo a sindicatos como CGT, podría acarrear graves perjuicios al tejido productivo local.

Asociaciones, electos, artesanos o sindicatos unían así fuerzas en el colectivo ‘Touche pas à ma forêt’ (No toques mi bosque) para tratar de detener un proyecto que, desde sus inicios, contó con el sólido respaldo de organismos institucionales y financieros.

Fue en 2019 cuando trascendió la existencia del proyecto de macroserrería, por medio de un documento de la propia compañía que, sin embargo, para entonces llevaba ya tiempo recabando apoyos de las instituciones públicas, que han elogiado el carácter estratégico de ese aserradero industrial de gran volumen para «reordenar y relanzar el sector» forestal.

Equivalente a 1.200 terrenos de fútbol

El impulso de partida a un proyecto que ha federado a instancias oficiales en torno a la idea del «desarrollo de los valles pirenaicos» no ha impedido que la macroinfraestructura haya perdido progresivamente brillo, primero, en el contexto de la pandemia y, ahora, en el de los efectos del cambio climático, con episodios de sequía y de incendios que diezman recursos forestales.

A ello ha contribuido la movilización ciudadana y campañas efectistas como la de la asociación SOS Fôret Pyrénées, que ha alertado de las implicaciones de esquilmar los árboles de un espacio natural «equivalente a 1.200 campos de fútbol», desgranando el impacto real de un megaproyecto que este miércoles ha sido enterrado.

«Obtener 50.000 m³ de madera de haya de buena calidad implica talar de 200.000 a 300.000 m³ cada año de árboles de diferente calidad, lo que representa movilizar a entre 5.000 y 6.000 camiones suplementarios en las carreteras y ‘limpiar’ el terreno equivalente a 1.200 estadios de fútbol», señalaba SOS Fôret Pyrénnées en su dossier sobre el proyecto Florian, sin olvidarse de recordar que un 80% del volumen que se proponía explotar la empresa procedía de bosques públicos, en su mayoría comunales, con la consiguiente pérdida de patrimonio natural y colectivo.