Se suspende el lanzamiento de la misión de la NASA a la Luna debido a problemas técnicos

El lanzamiento de la misión espacial no tripulada Artemis I de la NASA, compuesta por la nave espacial Orion y el cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial, se ha suspendido este lunes por diversos inconvenientes, como problemas en los motores.

El Artemis I se encontraba listo para despegar desde Cabo Cañaveral.
El Artemis I se encontraba listo para despegar desde Cabo Cañaveral. (JOE RAEDLE | AFP)

La NASA ha suspendido el lanzamiento de la misión Artemis I, que estaba previsto que iniciara este lunes a las 8:33 horas (14:33 horas en Euskal Herria) su viaje con destino a la Luna desde Cabo Cañaveral, en Florida (EEUU), y que debido a fallos técnicos se ha obligado a una cancelación hasta nuevo aviso.

El anuncio se ha realizado después de que el poderoso cohete SLS con la cápsula Orión en su cúspide se había mantenido en la plataforma 39B del Centro Espacial Kennedy tras retrasarse a primera hora de este lunes el despegue a la hora prevista.

El cohete SLS y la nave Orión «permanecen en una configuración segura y estable», ha señalado la NASA en el blog de la misión en donde ha confirmado la cancelación del lanzamiento, sin anunciar por el momento una nueva fecha. El martes puede tomarse una decisión.

La agencia estadounidense ha agregado que los controladores de lanzamiento continuarán evaluando los fallos en uno de los cuatro motores RS-25 ubicados en la parte inferior del cohete SLS (siglas en inglés de Sistema de Lanzamiento Espacial), que ha sido la causa de la suspensión.

El asunto principal del fallo al parecer tiene que ver con la temperatura adecuada que debe tener el motor al momento del despegue, después de la carga de hidrógeno líquido.

Más tarde ha precisado que se trataba de «un problema de sangrado del motor». En concreto, se ha detectado durante una prueba de purga en el motor RS-25 número 3 --de los cuatro que hay-- en la parte inferior en la etapa central. La prueba consiste en hacer circular hidrógeno líquido frío a través del motor para prepararlo para el lanzamiento. En este caso, el mencionado motor tenía problemas al enfriarse.

Los técnicos han tratado sin éxito una serie de correctivos hasta que finalmente se vieron obligados a suspender el lanzamiento.

La NASA había anunciado con anterioridad de que en caso de que este lunes no despegara esta histórica misión, que supone una vuelta al satélite terrestre al cabo de casi medio siglo, manejaba como segunda y tercera fechas tentativas los días 2 y 5 de setiembre próximos.

Será entonces cuando Artemis tome el relevo del programa Apolo, cuya última misión, la Apolo 17, ocurrió en 1972 y representa la última vez que el hombre se ha posado sobre la superficie lunar.

Una ausencia que la NASA anhela acabar cuando la misión Artemis III toque tierra en el satélite terrestre en 2025, y lo haga además con la primera mujer y el primer hombre negro que viajen a la Luna.

Previamente, este programa, que toma el nombre de la hermana gemela del Dios Apolo, enviará en 2024 su primera misión tripulada, la Artemis II, que hará el mismo trayecto que a partir del lunes cubra su predecesora.

Durante los 42 días de misión la NASA buscará poner a prueba el cohete de 98 metros de altura SLS (siglas en inglés de Sistema de Lanzamiento Espacial), el cual está potenciado con cuatro motores RS-25 y dos propulsores adjuntos, unas características que le ofrecen un 15% más de potencia que el cohete Saturn usado en las misiones Apolo, como dijo García Galán.

De igual forma, se medirán las capacidades de la nave Orión, en la que pueden caber hasta cuatro tripulantes, es decir uno más que la Apolo, y con reservas de agua y oxígeno que le permitirían unos 20 días de viaje independiente.

Dos horas después del lanzamiento, y tras separarse del cohete SLS, la Orión continuará por su cuenta un trayecto que en total cubrirá unos 2,1 millones de kilómetros.

La nave volará cerca de la Luna, a unas 62 millas (casi 100 km.) de su superficie, y luego entrará en una órbita lunar lejana en la que llegará a situarse a más de 61.000 kilómetros del satélite terrestre, es decir hasta donde no ha llegado ninguna otra cápsula para tripulación.