Indira Guerrero (Efe)

India toma la batuta del G20 y se presenta como la voz del sur

India asume hoy jueves la Presidencia del G20 en un momento único, con su economía creciendo pese a las presiones globales y bajo el escrutinio por su posición neutral ante el conflicto en Ucrania. La nación asiática pretende ser la voz líder del sur global para modelar la agenda mundial.

El primer ministro, Narendra Modi, en un acto del panhindú BJP en Gujarat.
El primer ministro, Narendra Modi, en un acto del panhindú BJP en Gujarat. (Sam PANTHAKY | AFP)

India toma su asiento, con el acompañamiento de Indonesia y Brasil, predecesor y sucesor a presidir el G20, con una troika también singular, integrada por economías en desarrollo, lo que da a la Presidencia una perspectiva del «sur» en un momento crítico.

La nación asiática no había tenido una oportunidad como esta, al frente de un grupo diverso, desde que asumió de manos del líder cubano Fidel Castro en 1983 la presidencia del grupo de los No Alineados. Entonces, India la encabezaba Indira Gandhi, abanderada por su simpatizantes como «la líder más poderosa del Tercer Mundo».

El ministro de Exteriores, Subrahmanyam Jaishankar, ha mostrado su intención de aprovechar la presidencia del G20 «para reflejar los intereses y las preocupaciones actuales del sur global, ya que sentimos que están siendo marginados».

El nuevo periodo comienza hoy bajo el tema ‘Vasudhaiva Kutumbakam’ o ‘Una tierra, una familia, un futuro’, con ideas fundamentadas en los mensajes pacifistas de Buda y el líder independentista indio ‘mahatma’ (gran alma) Gandhi.

La mirada en el sur

India ha proclamado una agenda para el próximo periodo que aborda asuntos fundamentales especialmente para las naciones en desarrollo, incluido el cambio climático, la seguridad alimentaria, la atención médica, y la infraestructura para el uso abierto de la tecnología.

Para el analista indio Sanjaya Baru, esta agenda tendrá sentido si «India está en condiciones de reunir al sur global, acIndonesia, Brasil, Sudáfrica...», y así asumir la voz de las naciones emergentes.

Si esto ocurre, «entonces será un desarrollo interesante porque en las últimas dos décadas, la voz del sur global se ha silenciado y China por ejemplo está centrada en sí misma, y Occidente obsesionado con sus propios problemas», asegura el exdirector de Geoeconomía y Estrategia del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS).

India además ha incluido como invitados del grupo a Bangladesh, Egipto, y Nigeria, entre otros, con intereses compartidos por el sur global.

Por encima de Gran Bretaña

Con la economía apuntando al crecimiento, India está hoy en una posición de ventaja mientras el mundo lidia con tensiones geopolíticas, la desaceleración económica, el aumento de los precios de la energía y los efectos de la pandemia.

India tomó este año el lugar como la quinta mayor economía según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), desplazando a Gran Bretaña, su antigua metrópolis. Solo EEUU, China, Japón, y Alemania superan a la nación surasiática.

La directora gerente del FMI Kristalina Georgieva, se refirió a India como «un destello brillante en este horizonte que de otro modo se oscurecería».

Ahora India «está tomando el liderazgo del G20 desde esa posición de fortaleza, lo que me hace creer firmemente que la veremos dejando una marca en el mundo en los años venideros durante la presidencia del próximo año», auguró Georgieva en una comparecencia en octubre.

Modi busca asomar en el liderazgo mundial

El G20 (grupo de los veinte países con las economías más desarrolladas y emergentes) es el principal foro para la cooperación económica y representa cerca del 85 % del producto interior bruto (PIB) mundial, más del 75 % de su comercio y alrededor de dos tercios de la población global.

«India presidirá un grupo tan grande, un grupo tan poderoso a partir del 1 de diciembre. ¡Qué gran oportunidad ha llegado para India!», reivindicó Narendra Modi el pasado domingo.

El primer ministro puso el énfasis en la crisis del clima como una de las grandes preocupaciones, y en cómo la propiedad de los recursos naturales se ha convertido en una de las principales causas de la degradación ambiental.

India tiene planes ambiciosos para el nuevo ciclo del G20 y alrededor de 200 reuniones oficiales en diferentes estados y ciudades del país, un despliegue coordinado que pocas veces tiene lugar en el país.

El éxito de la presidencia, que celebrará la próxima cumbre en septiembre de 2023, supone también réditos y oportunidades para el primer ministro indio que, según se prevé, se medirá nuevamente en 2024 en las elecciones generales.

Esta es la dimensión doméstica de la cumbre del G20, señala Baru, que asume que Modi «tratará de presentarse como una especie de líder global desde Nueva Delhi y como afitrión de Joe Biden, Vladimir Putin y Xi Jinping».

A diferencia de la cita de 1983, en la que Indira Gandhi habló a los pueblos latinoamericanos y árabes con Fidel Castro y el líder palestino Yasser Arafat como invitados de honor, el analista indio duda que la foto final sea la misma.

«Modi no tiene nada de eso», sostiene este analista crítico con el primer ministro, que opina que el actual gobernante indio carece de la imagen que tuvieron sus predecesores, y es visto como «un líder hindú asociado con la muerte de musulmanes».