Una intervención en la Asamblea Nacional francesa del diputado de La France Insoumise (LFI) Adrien Quatennens, condenado a cuatro meses de cárcel por haber golpeado a su mujer, provocó en la noche del martes al miércoles una algarada que condujo incluso a una suspensión de la sesión.

Quatennens se encuentra suspendido como miembro de su grupo parlamentario hasta abril, por lo que hasta entonces actúa como diputado no adscrito. Su intervención en el debate por la reforma de las pensiones generó gritos y abucheos de una parte del hemiciclo, mientras algunos compañeros de su formación, el partido del líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon, le aplaudían.

Pierre Cazeneuve, compañero de partido del presidente Emmanuel Macron, tachó de «escandaloso» y «vergüenza» que hubiera recibido aplausos alguien que ha sido condenado «por pegar a su mujer».

Adrien Quatennens, que sonaba en las quinielas como posible sucesor de Mélenchon, fue sentenciado en diciembre a cuatro meses de prisión exentos de cumplimiento. A pesar de estar suspendido por su grupo, decidió volver al trabajo parlamentario a comienzos de enero, lo que ha generado controversias, sobre todo en el interior de la coalición de izquierdas NUPES.

Peticiones de dimisión

No han faltado las voces pidiendo su dimisión e instándole a que, si quiere seguir en la Asamblea, se someta de nuevo a los electores de su circunscripción.
 
Varias diputadas de estos partidos abandonaron ayer la sesión en protesta por la actuación de Quatennens, entre ellas la ecologista Sandrine Rousseau, que se ha significado por sus ataques contra políticos acusados de violencia machista, incluido el antiguo número uno de su formación, Julien Bayou.

El vicepresidente de la Asamblea, el ultraderechista del RN Sébastien Chenu, que presidía la sesión, decretó una suspensión de unos minutos para tratar de calmar los ánimos.