Activistas climáticos están protestando en Viena contra la «escondida» celebración de la Conferencia Europea del Gas. ‘Gas = Colonialismo’ podía leerse en un globo en forma de gasoducto que llevaban en alzas algunos manifestantes delante del hotel de lujo donde se reúnen a partir de este lunes lobistas, inversores y líderes de empresas del sector gasístico.

«Grandes empresas europeas de combustibles fósiles como BP, Shell, Total, ÖMV... se reúnen con inversores para impulsar proyectos de infraestructuras de energías fósiles, en concreto de gas natural. Y esto, ¡en medio de la crisis climática!», ha declarado Anselm Schindler, portavoz de la plataforma BlockGas.

Según el activista, la conferencia «compromete nuestro futuro, destruye nuestro futuro». Los encuentros tienen lugar «excluyendo a la opinión pública y a la prensa, y con una represión policial masiva, todo lo cual impide que podamos seguir el proceso de toma de decisiones», denuncia.

«Es un problema democrático. Se esconden de nosotros, del pueblo, para tomar decisiones sobre nuestro futuro, pasándonos por alto», ahonda el defensor del clima.

Tras disolver por la fuerza y con gas pimienta otra protesta contra la cumbre en el centro de Viena, la Policía intentaba dispersar a los manifestantes delante del lugar donde se lleva a cabo el encuentro de la industria del gas.

Ese lugar se desconocía hasta que la Policía bloqueó anoche el acceso al hotel de cinco estrellas del centro de Viena.

Según informa en su web, la Conferencia Europea del Gas reúne a más de 250 personas de 35 países, que, entre otros, mantendrán un centenar de «encuentros privados» y escucharán alocuciones de «85 expertos». La asistencia requiere de un pago de entre 3.899 y 5.099 euros.

Acciones desde el sábado

Coordinados por BlockGas, los activistas, algunos de ellos llegados de otros países, comenzaron sus acciones ya el sábado, cuando bloquearon un puente sobre el canal del Danubio que discurre por el centro de Viena. Además, tiñeron de verde el agua del canal con un producto que aseguraron era biológico y totalmente inocuo.

El domingo, unas trece personas se pegaron al pavimento de una carretera de acceso a la terminal privada del aeropuerto de Viena para denunciar que mientras «lobistas, inversores y directivos» viajaban a Viena en jets privados, «innumerables ciudadanos no pueden pagar la factura del gas».

A las protestas ha convocado también la Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Acción Ciudadana (Attac), que además organizó el pasado fin de semana una conferencia alternativa.

«Ya no nos quedaremos de brazos cruzados mientras las corporaciones y los gobiernos queman el futuro, negocian acuerdos energéticos neocoloniales e impulsan proyectos de combustibles fósiles en países del Sur Global», ha señalado Max Hollweg, de Attac Austria, en un comunicado.

«Queremos democratizar el suministro de energía y las decisiones al respecto, y ponerlo en manos de la mayoría. Solo así podremos conseguir un sistema energético respetuoso con el clima», ha añadido.