Mariona Borrull

Wenders dirige su mejor película en años, Binoche y Magîmel hacen el amor (por la cocina)

Se han presentado en el Gran Teatro Lumière ‘Perfect Days’, ‘El sol del futuro’ y ‘La passion de Dodin Bouffant’, tres películas con estrella y gusto por lo cotidiano.

El cineasta alemán Wim Wenders saluda a los fotógrafos junto a su equipo.
El cineasta alemán Wim Wenders saluda a los fotógrafos junto a su equipo. (Valery HACHE | AFP)

Finalmente ayer la organización del Festival de Cannes respondió a las acusaciones de ghosting de Víctor Erice, que llevaron a su ausencia en la presentación de la película. En un manifiesto lanzado horas después de que el cineasta bilbaíno publicara su carta abierta en ‘El País’, escribían que «el festival de Cannes es el primer sorprendido de las consideraciones hechas en torno a la selección de la película». Desde Cannes, se sostiene que «desde el principio, el diálogo fue permanente entre Thierry Frémaux con el productor español y el distribuidor francés».

Naturalmente, las dos versiones de los hechos se contraponen y, habiendo correos de por medio, sería relativamente sencillo hacer saltar uno de los bandos. Sin embargo, ¿afectaría ello al desarrollo de un certamen que ha venido para festejar la cinefilia como amor al cine, que no para cuestionar dinámicas tóxicas del cine como industria material, tangible?

La respuesta a las acusaciones de Erice era completamente eclipsada por la música machacona de la alfombra roja, donde bailaron primero Maya Hawk y Rupert Friend de ‘Asteroid City’ y, luego por la noche, Nanni Moretti y su compañía, al son del ‘Voglio vederte danzare’ de Franco Battiato. Por muy adeptos que seamos a desempolvar la alfombra, el caso Erice podría haber servido para discutir problemáticas urgentes dentro de una programación festivalera exclusivista y acaparadora… Si solo le hubiéramos dado el espacio. Un apunte: Thierry Frémaux estuvo a punto de arrancar a bailar con el equipo de Moretti. Nos preguntamos qué fue lo que lo hizo detenerse.

El manifiesto alegre de Nanni Moretti

Que la opción política más radical es el optimismo parece una declaración sacada directamente de las notas del cineasta italiano, tenedor de la Palma de Oro por ‘La habitación del hijo’ (2001) y desde entonces regular en la Competición del festival. Antes, en 1993, Moretti firmaba ‘Querido diario’, cuaderno de apuntes personal que lo empujaba a recorrer las calles de la Roma veraniega en motocicleta, pensándose desde una autoficción de humanismo pragmático y de barrio.

Treinta años habrán pasado desde entonces: Moretti se ha establecido como cineasta y actor, ha hecho alguna que otra mala película y se ha aburguesado. Para repensarse, en ‘El sol del futuro’ volverá a la autoficción, esta vez mirando a su papel como padre de familia, director más o menos déspota y como proyecto de la izquierda política, maduro o frustrado. El resultado: una confesión luminosa, de origen personal pero de estuario colectivo.
Juliette Binoche, Benoît Magimel y su imperio de los sentidos

El vietnamita Anh Hung Tran, director tras ‘El olor de la papaya verde’ (nominada al Óscar y Mejor Ópera Prima en Cannes de 1993), propone dar un proyecto narrativo coherente a la erótica de la alta cocina con ‘La passion de Dodin Bouffant’, presentada a Competición.

La película se interesa por la preparación de una serie de elaboradas recetas en la cocina del ‘Napoleón de la gastronomía’, que enhebra levemente con un cuento de amor minimalista y otoñal entre Binoche y Magimel, cocinera y aristócrata. El corazón de la cinta, en todo caso, se encuentra sobre la piel glaseada de las aves al horno, entre salsas caseras y vinos de región. Anh Hung Tran y su director de fotografía, Jonathan Ricquebourg (‘Earwig’), ponen toda la leña en el fuego para despertar nuestra mirada y cuestionar la absurda premisa de que el cine está solo para ser visto. La tentativa puede parecer futil, pero no lo es.

El día perfecto de Wim Wenders

Uno de los rostros japoneses más reconocibles en todo el mundo, parece misión imposible erigir una oda al trabajador anónimo con Koji Yakusho (‘Memorias de una geisha’, ‘Babel’) por protagonista… Aunque no diríamos lo mismo después de asistir a dos horas de la rutina vivaz de este limpiador de retretes públicos. El cineasta alemán (octogenario pero más productivo que nunca, a Cannes traía dos películas) nos ofrece el espacio mental necesario para relajar nuestros esquemas y entregarnos a la cotidianidad pautada de un hombre tranquilo. Sorprendentes lecciones de filosofía personal y ciudadana.