El fútbol resurge en Pisa de la mano del mítico Filippo Inzaghi
Después de 34 años, el club de la ciudad volverá a jugar en la serie A la próxima temporada. Sin embargo, el gran artífice del ascenso, el técnico Inzaghi, no continuará en el banquillo.
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Los turistas que inundan la ciudad italiana de Pisa buscan la mejor perspectiva de la famosa torre inclinada para sacarse un selfie, además de visitar la catedral medieval y su elegante baptisterio o recorrer las estrechas calles llenas de restaurantes y tiendas de souvenirs. Son miles de turistas al día, de los cuales muy pocos son conscientes de que a algo más de cien metros de la torre se encuentra el Arena Garibaldi-Romeo Anconetani, sin duda uno de los estadios más céntricos de Europa. En la 2025-26, allí se jugarán partidos de la Serie A tras más de tres décadas de espera.
El 4 de mayo fue un día grande en la ciudad toscana. El Pisa Sporting Club, histórico equipo fundado en 1909, perdió su partido de liga ante el Bari, pero como La Spezia también perdió, se aseguró acabar la liga entre los dos primeros de la Serie B, es decir, en plaza de ascenso. Desde aquel histórico día, los colores azul y negro del equipo han tomado balcones, ventanas y escaparates de la ciudad, colándose en las fotografías de los turistas, que no entienden muy bien porqué aparece la letra A en cada rincón de la ciudad.
Es la letra de la Serie A, una categoría que los tifosi del Pisa no disfrutaban desde la 1990-91. Un hito ilusionante para gente como el veterano Ricardo, que no ha dejado de apoyar al equipo en los 34 años de peregrinación por las categorías modestas. «Los grandes equipos volverán a jugar en Pisa», destaca desde el otro lado del mostrador de la tienda Solo Pisa, que no vende réplicas de la torre inclinada ni coloridas postales, sino todo tipo de productos relacionados con el Pisa Sporting, desde camisetas y banderas a toallas y ropa interior. También tiene algún artículo con la frase Fiore merda, ya que la Fiorentina es el gran rival. De hecho, la enemistad entre Florencia y Pisa viene de la Edad Media, con guerras e invasiones de por medio. «Es el partido más esperado, aunque habrá que ver si dejan entrar al público, porque en ocasiones anteriores ha habido episodios de violencia», explica Ricardo, que regenta la tienda junto a su hijo.
Una de las claves para lograr el ascenso ha sido el técnico Filippo Inzaghi, legendario delantero de la Juventus, el Milan y la selección italiana entre otros, ganador de dos Champions League y un Mundial, ahora convertido en entrenador con algo menos brillo. Si en el césped Filippo superó a su hermano Simone, en los banquillos es el menor de los Inzaghi el que destaca, ya que ha llevado al Inter a la final de la Champions. Sin suerte en la élite, Filippo se ha convertido en especialista de la Serie B, donde ya obtuvo un ascenso con el Benenvento en 2020 y ahora lo ha repetido en Pisa.

Querido por los jugadores y admirado por la afición, Inzaghi ha entrado en la historia del Pisa en tan solo una temporada. Por desgracia para los toscanos, diferencias de criterio entre el entrenador y la directiva han hecho imposible la renovación, por lo que Pippo ha preferido firmar por el Palermo. «Es una decepción que no siga con nosotros, ha hecho un gran trabajo», se lamenta Ricardo.
El Pisa, por lo tanto, busca un entrenador de garantías para el retorno a la Serie A. Asimismo, será necesario adaptar el estadio a las exigencias de la máxima categoría, con una reforma más que necesaria del destartalado Arena Garibaldi-Romeo Anconetani, que da la impresión de no haber sido arreglado en décadas. En una de las vallas de acceso se juntan cada día varios aficionados a observar las obras de mejora y a comentar el día a día del club. Uno de ellos, Paolo, cuenta que 34 años sin fútbol de máximo nivel «se han hecho muy largos».
El nombre del estadio homenajea a Romeo Anconetani, el presidente que llevó al Pisa a lo más alto en los años ochenta. «Eran los buenos tiempos», recuerda Ricardo en su tienda. Anconetani dirigió al Pisa entre 1978 y 1994, llevándolo de la Serie C a la A, además de a una semifinal de copa. Era un presidente extravagante, profundamente religioso y tan supersticioso que echaba sal al césped antes de cada partido. Incluso tuvo un programa en la televisión local, Parliamo con Romeo, donde respondía en directo a las preguntas de los aficionados.
Aquel Pisa destacó en Italia y en el extranjero gracias a la Copa Mitropa, un torneo continental de gran prestigio antes de la Segunda Guerra Mundial, después venido a menos y que Anconetani se encargó de relanzar, incluso acogiendo varias ediciones en el estadio pisano. El propio Pisa fue campeón en 1985 y 1988, como recuerdan algunos banderines de la época en la tienda de Ricardo. Sin embargo, como ocurre a menudo con presidentes tan peculiares, la historia no tuvo un final feliz. Ahogado por las deudas, el Pisa desapareció y se refundó, ya sin Anconetani, en 1994, para comenzar un largo camino por las categorías modestas del fútbol, plagado de momentos ridículos y récords negativos. En pleno desgobierno, en 2002, el dueño de entonces no tuvo mejor ocurrencia que nombrar presidente del club a Gunther IV, un perro de raza pastor alemán que se mantuvo en el cargo hasta 2005. En 2009, año del centenario, el club volvió a desaparecer y se refundó con el nombre Calcio Pisa 1909.
Propiedad del empresario Alexander Knaster desde 2021, parece que la era post-covid ha traído el renacimiento del club. Poco después de recuperar el histórico nombre de Pisa Sporting Club, se quedó a un paso del ascenso en el play-off de 2022. A la segunda oportunidad, con Filippo Inzaghi, los toscanos no han fallado y los mejores equipos del país visitarán la ciudad la temporada que viene. Según Ricardo, la Serie A dará «prestigio al equipo y a la ciudad». Paolo, por su parte, avisa de que el principal objetivo será salvarse. Aún sin entrenador y tras 34 años de ausencia, el regreso no será fácil, pero los tifosi ya se preparan para un año histórico.