Domingo, distrito 18 de París. Un niño de 4 años pende de un balcón ante la mirada impotentente de sus vecinos. Abajo, un joven natural de Mali, no duda en escalar la fachada de balcón en balcón hasta llegar al cuarto piso y salvar al pequeño.

Les héros ne portent pas de cap. 👏👏 #Paris pic.twitter.com/QrOn3YB4Q7

— •NubiΔΠ• (@Adil__Brown) 2018(e)ko maiatzaren 27(a)

Las imágenes circularon a la velocidad del rayo por las redes sociales, convirtiendo a Mamaudou Gassama en una especie de héroe nacional. La alcaldesa de París lo felicitó por teléfono y hoy ha sido el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, quien lo ha recibido en el Elíseo.

"Bravo". À l’Élysée, Emmanuel Macron félicite Mamoudou Gassama pour son geste héroïque pic.twitter.com/jq3fXv1UmX

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El hecho, y el eco que ha tenido este, ha creado una corriente favorable a que se regularice la situación legal de Gassama. El portavoz del Ejecutivo francés, Benjamin Griveaux, ha manifestado que «este acto de inmensa bravura, fiel a los valores de solidaridad de nuestra República, debe abrirle las puertas a nuestra comunidad nacional». El propio Macron ha confirmado esta mañana que «todos los papeles serán regularizados».

Su caso ha abierto un debate más amplio sobre la ley y la percepción social sobre la inmigración y muchos han subrayado que este caso muestra que más que una amenaza, los movimientos migratorios pueden ser una oportunidad. Y, por su puesto, muchos recuerdan cuál es la política sobre inmigración del Gobierno francés:

Francia expulsó a 27 373 personas el año pasado y acaba de aprobar una ley migratoria para endurecer el acceso al asilo. Poco importa, Macron trata de sacar partido político al gesto, de enorme grandeza y humanidad, del migrante maliense #MamoudouGassama https://t.co/t6dNlnWORg

— Maite Ubiria (@Maite_Ubiria) May 28, 2018