Un desarme desde y para una admirable sociedad civil

Txetx Etcheverry concretó ayer en “Le Monde” la noticia avanzada en estas páginas y anunció un desarme de ETA que implicará a centenares de personas de la sociedad civil y a electos de Ipar Euskal Herria. Etcheverry, uno de los “artesanos de la paz” detenidos en Luhuso, marcó una fecha: «La tarde del 8 de abril ETA estará totalmente desarmada».

Se confirma así que obstáculos como las detenciones de Luhuso no han frenado un proceso encabezado de forma admirable por la sociedad civil; se confirma también que ETA decía la verdad al mostrarse dispuesta a un desarme lo más rápido posible; y se concluye, de forma inevitable, que si no se ha dado antes es porque no ha habido voluntad política por parte de las instituciones interpeladas. Esto se podía haber hecho de forma mucho más rápida y eficaz si los estados español y francés no se hubiesen dedicado a boicotear militantemente los esfuerzos de ETA por convertirse en una organización desarmada.

La noticia deja abiertas varias preguntas que solo podrán ser respondidas con el paso de los días. Pero ante la incógnita, conviene hacer inventario y mostrarse satisfecho: el compromiso de ETA con el desarme se ha mantenido firme desde el 20 de octubre de 2011; un desarme con cuya verificación están comprometidas personalidades de la comunidad internacional y cuyas riendas han sido tomadas por una sociedad civil activa y militante que ha decidido no quedarse en casa ante la oportunidad de aportar un grano (de oro) a la paz en este país. Esta sociedad civil es un tesoro. Las alentadoras respuestas emitidas ayer desde los gobiernos de Gasteiz e Iruñea invitan a incluir a las instituciones vascas en este inventario en el que no están los estados, de los que solo cabe esperar que al menos no molesten. Basta con que no interfieran, porque conviene no olvidar que el anuncio de ayer no es sino un paso másen un camino hacia una paz que tiene como principal sujeto a la sociedad vasca. Punto y seguido.

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