Miles de indígenas han realizado durante tres días en Brasilia un campamento para reivindicar sus tierras y sus derechos, y denunciar las políticas del presidente Jair Bolsonaro, quien nada más asumir la Presidencia concedió al Ministerio de Agricultura el poder para identificar y delimitar las tierras indígenas y de afrodescendientes, lo que supone una importante victoria para la industria agraria. «Nuestras familias están en peligro, nuestros niños están bajo amenaza, nuestra gente está siendo atacada. En nombre de lo que denominan progreso económico, quieren matar a nuestra gente», subraya David Karai Popygua, un mbya de etnia guaraní del estado de Sao Paulo.