Por primera vez en la historia, el Parejas cuenta con una dupla campeona 100% riojana, después de que Titín III-Merino II hayan puesto Miribilla a punto de ebullición tras imponerse en la final a Xala-Laskurain por 22-15. En un epílogo acorde a un campeonato maratoniano -casi 100 minutos de duración- apenas nueve meses después de que, en vísperas de San Mateo, Joaquín Plaza tuviera que meterlo en su coche porque las fuerzas le abandonaran por culpa de un extraño virus, David Merino ha tomado el relevo como estandarte de bastante más que de la pelota riojana.
Las piernas también han terminado fallándole al de Villar de Torre, pero ha sido tras un esfuerzo descomunal, tampoco ha abandonado la cancha por su propio pie, pero porque fha sido manteado por la apasionada afición que ha llevado a Bilbo y seguro que las sensaciones de hoy nada tienen que ver con las de setiembre, por mucho que a su alrededor se levanten mañana resacosos y con la garganta rasgada.
Ahondando en la vía que abrió en semifinales, cuando terminó derribando la imbatibilidad de unos hasta entonces inaccesibles Aimar Olaizola-Beroiz, la final, con tantos épicos en los que ha visto terminar los tantos desde el suelo porque sus gemelos habían dicho basta, ha vuelto a aportar esos toques de epopeya que necesitan todos los mitos para agrandar su leyenda, pero al margen de literatura, lo de David Merino ha sido bastante más que una defensa numantina.
Y es que, la experiencia no le da a uno para recordar un zaguero que haya mostrado una zurda tan elegante y efectiva, mucho menos a esa edad y en una cita tan determinante. Porque acertadamente o quizá con excesiva insistencia, Xala y Laskurain pusieron en práctica esa regla que viene en el manual del juego por parejas que dice que, para hacer daño al zaguero rival, no hay nada como arrinconarlo contra la pared izquierda allá por el cuadro ocho.
Los azules no han tenido alternativas a pegar y pegar a la espera de que se produjera un desfallecimiento de Merino II que nunca ha sucedido, por mucho que tuviera que acudir a vestuarios por problemas en sus gemelos -la segunda, con 21-15 en el marcador ha sido muy prolongada, creando cierta incertidumbre en las gradas-. Como en todo el campeonato, Laskurain ha cuajado un gran partido, ha pegado bastante, ha tenido sus momentos de dominio, pero ha terminado desesperándose y cometiendo algún error de más ante la imposibilidad de Xala de entrar en juego. Con un material de bastante salida, el de Lekuine nunca ha podido entrar de aire -solo ha sumado dos tantos de esta factura- y así es imposible llegar a 22 si tus rivales apenas fallan.