Iñaki Altuna

Un informe de Paco Etxeberria resuelve el caso de dos niños desaparecidos en Córdoba

Dos informes realizados por iniciativa de la familia de dos niños desaparecidos en Córdoba, Ruth y José Bretón, parece que han resuelto este caso, que ha conmocionado durante los últimos meses a la opinón pública española. Uno de los informes que ha dejado en evidencia a las fuerzas policiales está elaborado por el prestigioso forense Paco Exteberria, subdirector del Instituto Vasco de Criminología y muy conocido por su implicación en muchos casos de gran impacto en Euskal Herria.

Paco Etxeberria, en una imagen de 2011. (Gari GARAIALDE/ARGAZKI PRESS)
Paco Etxeberria, en una imagen de 2011. (Gari GARAIALDE/ARGAZKI PRESS)

Los niños Ruth y José Bretón, de 6 y 2 años de edad, respectivamente, desaparecieron en Córdoba el pasado 8 de octubre. Todas las sospechas recayeron en su padre, que hasta ahora se ha mantenido firme en negar toda responsabilidad.

El suceso ha tenido un seguimiento intenso en los medios de comunicación españoles, muestra de la conmoción causada por el mismo.

Dos informes han dado un vuelco al caso, uno encargado por la familia de la madre de los pequeños, y otro de carácter oficial, que han identificado restos de los niños entre unas cenizas halladas en una parcela propiedad de los abuelos paternos.

El contenido del primer informe, realizado por el forense Paco Etxeberria, fue corroborado por un segundo estudio encargado por el Gobierno español a José María Bermúdez de Castro, codirector de las excavaciones de Atapuerca.

El primero de Etxeberria es taxativo: en la hoguera había restos de al menos dos menores de edades que oscilan entre los dos y los seis años. El segundo precisa que había dientes de un menor de seis años.

Ese hallazgo confirmaría que los dos hermanos murieron a manos de su padre, José Bretón, de quien se ha destacado en todo este tiempo su extrema frialdad.

Huesos de animales

Los huesos hallados entre las cenizas de la fogata despertaron las sospechas en los primeros días de la búsqueda, pero los responsables de antropología forense de la Comisaría General de Policía Científica concluyeron que los restos no eran humanos, sino que se trataba de restos óseos de animales. Los informes de los dos expertos dejan ahora en evidencia la labor policial.

Bretón aseguró que había quemado en una hoguera ropas, objetos y documentos desechados tras la reciente ruptura conyugal. Días antes de la desaparición, José Bretón compró gasóleo.

Bretón fue militar. Ingresó en el Ejército en 1994, a los 18 años, como voluntario especial, una figura vigente cuando aún existía la tropa de reemplazo. Fue destinado a la Brigada Mecanizada X, con base en Cerro Muriano (Córdoba).

Entre abril y octubre de ese mismo año, viajó a Bosnia-Herzegovina como miembro de la Agrupación Táctica española (SPAGT) ‘Córdoba’, que fue la encargada de vigilar el cumplimiento del alto el fuego entre croatobosnios y bosniomusulmanes.