Beñat Zaldua
DONOSTIA

Capriles, de golpista a candidato de centro

La oposición a Chávez se presenta en estas elecciones más unida que nunca, bajo el liderazgo común de Henrique Capriles, un candidato autodenominado «de centro» que, sin embargo, participó en el golpe de Estado de abril de 2002. En caso de derrota, en sus manos estará aceptar el resultado o lanzar a la oposición a la calle.

El candidato de la oposición, Henrique Capriles, en un acto de campaña en Puerto Ayacucho. (Leo RAMIREZ/AFP PHOTO)
El candidato de la oposición, Henrique Capriles, en un acto de campaña en Puerto Ayacucho. (Leo RAMIREZ/AFP PHOTO)

Después de boicotear los primeros años de presidencia chavista, la oposición ha entendido que necesita participar en el sistema para intentar sacar del poder Chávez. En estas elecciones ha conseguido, además, aglutinar al grueso de la oposición bajo las siglas de MUD –Mesa de la Unidad Democrática– y el liderazgo de Henrique Capriles.

La derecha sale, por lo tanto, de la trinchera en la que estaba agazapada y tratará de recuperar el poder, casi tres lustros después, por vía democrática, después de que el Golpe de Estado de abril de 2002 fuese repelido por la sociedad civil chavista. Para ello han puesto a la cabeza de la candidatura a un joven abogado que, al menos en las formas, poco tiene que ver con la oposición que Chávez conocía hasta el momento.

Con un discurso moderado, en el que señala que es necesario mantener los programas sociales de la revolución bolivariana, Capriles –exgobernador de Miranda– pretende presentarse como un candidato de centro, intentándose alejar de la visión retrógrada que se tiene sobre la oligarquía venezolana.

Pero como diría el refrán, por mucho que la mona se vista de seda, mona se queda. Capriles es miembro de la élite caraqueña y procede de una familia de la oligarquía, tanto por parte de padre –dueño de medios de comunicación– como de madre –propietaria de una cadena de salas de cine–. Cuesta creer también que admite algunas de las bondades del chavismo, cuando fue partícipe del asalto a la embajada cubana durante el golpe de 2002, motivo por el que permaneció tres meses en prisión.

El sociólogo y periodista francés Romain Migus, residente desde hace años en Venezuela, ha publicado el libro ‘El programa de la MUD’, en el que analiza a fondo el programa de Capriles y desmonta, uno a uno, los lemas de campaña de la oposición, a la que acusa de tener un plan B para desmontar los logros de la revolución bolivariana. En concreto, Migus asegura que el programa de descentralización –que Capriles vende como forma de acercar el poder a la gente–, «prepara el terreno para el desmontaje del país y la privatización de todo». Algo que Capriles insiste en negar por activa y por pasiva.

Sea como sea, lo cierto es que la oposición ha conseguido, mediante la candidatura de Capriles, construir un discurso capaz de medirse con Chávez; algo que no había conseguido en elecciones anteriores. Pese a ello, la inmensa mayoría de sondeos otorgan la victoria al chavismo, ante lo cual la oposición ya ha amenazado con acusar de fraude y lanzarse a la calle. Si los pronósticos se cumplen, en manos de Capriles quedará hacer digno el nombre de su coalición o intentar desestabilizar, desde el primer día, el nuevo mandato de Chávez.