Así lo ha asegurado Archanco tras una reunión de urgencia que ha tenido en el estadio El Sadar con sus directivos, con la única ausencia de Sandro Bandrés, y varios empleados del club. Tanto parte de su directiva como empleados de la entidad le han planteado al presidente diferentes propuestas para no abocar al club a que a partir del próximo viernes Osasuna sea dirigida por una comisión gestora formada por socios por sorteo, hasta que sea elegido un nuevo presidente, previsiblemente en agosto.

Sin embargo, Archanco no ha accedido a estas alternativas y por lo tanto se mantendrá la asamblea general extraordinaria del próximo viernes día 20, en la que se solicitará a los socios compromisarios la autorización de elecciones a la presidencia.

El presidente rojillo tenía que entregar hoy el plan de viabilidad a la Hacienda foral, a la que el club adeuda unos 40 millones de euros, y se había comprometido a dimitir en la primera quincena de junio. No obstante, ha pospuesto su dimisión al lunes, ligado también a la entrega del plan de viabilidad, aunque este asunto queda ahora en un segunda plano tras conocerse que la comisión gestora deberá ser elegida por sorteo y no por designación del club entre empleados, debido a un vacío legal en los estatutos de Osasuna y la advertencia del Gobierno de Nafarroa de cumplir el decreto foral de 2003.

Archanco no ha aceptado las dos propuestas planteadas, ni la de parte de su directiva de encargarse ellos de la comisión gestora como puente hasta la elección de un nuevo presidente, que plantea dudas legales, ni la de empleados del club para dar elección a los socios en una nueva asamblea extraordinaria.

Estos empleados han planteado suspender la asamblea del día 20 y convocar otra en la que, aparte de solicitar la convocatoria de elecciones, se diera la oportunidad a los socios de dejar la formación de la gestora por sorteo o bien introducir la alternativa de modificar los estatutos para que fuera por designación.

Archanco ha declinado dichas propuestas y por lo tanto desde el momento de su dimisión, el próximo lunes, solo un cambio en el decreto foral de 2003 del Gobierno de Nafarroa podría evitar que Osasuna se gestionase por una comisión gestora formada por sorteo entre sus socios.