Gotzon ARANBURU
GASTEIZ

Bizkaia Durango y Murias

Ya falta menos para que las ciclistas profesionales empiecen a dar pedales en la alta competición, con el inicio en marzo del circuito UCI World Tour. Una gran novedad para este año: la incorporación a este calendario de Emakumeen Bira. Y otra no menos importante, como es la formación del equipo femenino Bizkaia Durango-Euskadi Murias, lo que permite que las ciclistas accedan al estatus profesional y que se atisbe un ilusionante futuro de crecimiento para el mejor equipo vasco. 

Las ciclistas del Bizkaia Durango-Euskadi Murias, en la presentación del equipo. (Gotzon ARANBURU)
Las ciclistas del Bizkaia Durango-Euskadi Murias, en la presentación del equipo. (Gotzon ARANBURU)

El ciclismo femenino vasco ha dado grandes nombres a este deporte, tanto en la modalidad de ruta como en la de pista. En la primera, el lugar de honor corresponde sin duda a la vizcaina Joane Somarriba, ganadora de dos Giros, tres Tour y un Mundial Contrarreloj, mientras que en pista ha sido la guipuzcoana Leire Olaberria quien mayores éxitos ha conseguido, destacando su bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Sin olvidar a las pioneras, aquellas mujeres que vistieron el maillot del Orbea en la década de los 80 –caso de Dina Bilbao, Josune Gorostidi, Amaia Elosegi, Carolina Sagarmendi…–  y abrieron un camino que no ha sido fácil de recorrer. 

Volvamos al presente. El pasado 18 de enero se puso de largo en Gasteiz el Bizkaia Durango-Euskadi Murias, fruto de la confluencia del ya veterano equipo femenino vizcaino y la formación que dirige Jon Odriozola, hasta ahora centrada en el campo masculino. Decimos «veterano» porque el Bizkaia Durango pertenece a la UCI (Unión Ciclista Internacional) desde hace catorce años y por sus filas han pasado docenas de ciclistas, entre ellas precisamente las arriba citadas Somarriba y Olaberria. Y aunque la irrupción del poderoso Movistar y su política de fichajes ha provocado un vuelco en los planes de la formación vasca, esta no ha bajado el listón y afronta la temporada con el objetivo de dejar alto el pabellón en cada prueba que dispute, con la vista puesta especialmente en el calendario internacional. 

La máxima categoría del ciclismo femenino mundial es el circuito UCI World Tour, que este año se disputa por tercera vez y constará de 23 carreras, empezando el 3 de marzo con la Strade Bianche italiana y finalizando el 21 de octubre con el Tour de Guangxi, prueba de seis días en carreteras chinas. En lo que respecta al equipo vasco, la entrada en competición tendrá lugar el próximo 22 de febrero, con la Setmana Ciclista Valenciana. En marzo ya disputará carreras en Europa, caso de la Gent-Wevelgmem en Flandria, y en abril llegarán clásicas como la La Flèche Wallonne Fémenine y la Liège-Bastogne-Liège. Y en plena primavera, el 17 de mayo, la Durango-Durango y dos días más tarde Emakumeen Euskal Bira. El gran objetivo es estar en el Giro femenino, a disputar en julio. La temporada la cerrará el Bizkaia Durango-Euskadi Murias en tierras italianas, con la disputa en octubre del Giro dell’Emilia Internazionale.

Como hemos apuntado, la irrupción del Movistar ha trastocado los planes de otros equipos, en el caso vasco del Bizkaia Durango y del Lointek. Por lo que respecta al Lointek –que este año cambia el nombre a Sopela Women’s Team y cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de la localidad vizcaina y la empresa Telxius–, pierde a una de sus principales figuras, Eider Merino, que correrá en la formación dirigida por Jorge Sanz, igual que harán Mavi García y Lourdes Oiarbide, procedentes del Bizkaia Durango y también fichadas por el Movistar, que igualmente se ha hecho con los servicios de otras dos estrellas del equipo, la mallorquina Mavi García y la barcelonesa Lorena Llamas. Otra ciclista vasca de elite, Ane Santesteban (puesto 184 en el ranking mundial World Tour), continuará en las filas del ALE Cipollini italiano.

Superar dificultades

Sin embargo, si de algo saben en el ciclismo femenino, es de dificultades a superar. Y la directora del Bizkaia Durango, Agurtzane Elorriaga, tiene claro que la forma de contrarrestar esta dificultad no es otra que reforzar el equipo lo más posible, por una parte sacando todo el potencial de las corredoras nativas y por otra con una adecuada política de fichajes. En este sentido la confluencia con el Euskadi Murias constituye un paso de innegable importancia. «Llevábamos algún tiempo hablando con el Euskadi Murias y finalmente el verano pasado el acuerdo llegó. Además de la mejora en las condiciones económicas de las ciclistas y del resto del personal, disfrutaremos de preparación física a cargo del equipo, servicios médicos, nutricionista… y podremos salir más a competir en el extranjero, algo fundamental» indica Agurtzane. En cuanto al material, las bicicletas para esta temporada son de la marca BH.

La plantilla del Bizkaia Durango se compone de trece ciclistas, tras los fichajes realizados, mayoritariamente de corredoras italianas. Se trata de Sandra Alonso, Alice Maria Arzuffi, Dani Christmas, Henrietta Colborne, Mirian Gardachal, Lucía González, Aroa Gorostiza, Irati Idirin, Ane Iriarte, Lierni Lekuona, Cristina Martínez, Yessica Pérez y Anna Stricker. De todas ellas, quien figura más alto en el ranking mundial UCI World Tour es la italiana Stricker (puesto 57), seguida de la también transalpina Arzuffi (puesto 165). Elorriaga quisiera, aunque será complicado, revalidar los triunfos estatales de la temporada pasada, caso de la Copa de España, y al mismo tiempo acceder a puestos de honor en el calendario internacional. 

La directora, lógicamente, no pedirá lo mismo a todas sus corredoras. De algunas espera que crezcan deportivamente este año y se fogueen en la alta competición, pero de los fichajes exige algo más: puestos y puntos. Y apunta directamente a Striker y Arzuffi. Ellas aceptan el reto. Ya saben lo que es subir al podium en carreras World Tour y buscan repetir este año, como indica Anna Zita Maria Stricker, que tiene echado el ojo a las clásicas y al Giro, e incluso apunta al Mundial de Contrarreloj por Equipos a disputar en Austria, concretamente en Innsbruck (que es su ciudad natal).

El otro equipo vasco de la modalidad, el Sopela Women’s Team (antiguo Lointek), ha completado un equipo de doce corredoras: Olatz Agorria, Maialen Aramendia, Esther Canete, Beatriz Gómez, Ziortza Isasi, Enara López, Sara Martin, María Martins (Portugal), Mireia Muñoz, Sofía Rodríguez, Soraia Silva (Portugal) y Ariadna Trias, dirigidas por Francisco Plá.

Países Bajos ocupa en estos momentos el puesto más alto del podium del ciclismo femenino mundial, si nos atenemos a los resultados de 2017 del UCI World Tour. La ganadora final individual fue la holandesa Anna van der Breggen, con cinco victorias –nada menos que la Amstel Gold Race, la Flèche Wallonne, la Liège-Bastogne-Liège, el Amgen Tour of California y el Giro de Italia–. Por equipos también fue para Países Bajos el título, concretamente para el Boels-Dolmans (en el que milita Anna van der Broggen). En la categoría Sub 23, la dominadora de la pasada temporada fue la danesa Cecilie Uttrup Ludwig. 

Salario mínimo solo para hombres

La distancia máxima de una carrera del World Tour femenino está establecida en la actualidad en 160 kilómetros, veinte más que el tope en vigor hasta el año pasado, en consonancia con el avance en el nivel del pelotón femenino detectado por la UCI. La prueba reina del calendario, el Giro de Italia, constó el año pasado de diez etapas, con trayectos de entre 100 y 142 kilómetros; también el próximo julio –del 6 al 15– tendrá diez etapas el Giro Rosa, alguna de ellas muy dura, como la que presenta en su trazado Monte Zoncolan, de casi doce kilómetros de longitud, 1.200 metros de desnivel y pendiente de 11,9% de promedio, que alcanza el 22% en el punto más empinado.

En cualquier caso, el ciclismo femenino dista mucho todavía de equiparar sus condiciones económicas al masculino. Sirva como indicador la cuestión del salario mínimo establecido por la UCI… solo para hombres. Mientras un neoprofesional tiene garantizados 25.800 euros anuales en los equipos Pro Continental y 5.000 más en el nivel World Tour –cifra que aumenta hasta 30.800 y 38.115 euros respectivamente para los más veteranos–, las mujeres no tienen garantizado ningún ingreso mínimo. La UCI, que ha estudiado el tema, indica que la cuestión del sueldo mínimo femenino es «prematura» e incluso podría ser contraproducente. Una corredora de elite mundial podría estar cobrando en la actualidad en torno a 100.000 euros.