Bénédicte Saint-André (Mediabask)
Biarritz

Biarritz Olympique, el deporte espectáculo mientras los amateurs lloran de hambre

Un balón de rugby (Mediabask)
Un balón de rugby (Mediabask)

El lunes finalizó un gran pedazo de la historia del Biarritz Olympique (BOPB). Nicolas Brusque fue destituido como presidente en favor de Benjamin Gufflet, empresario de Burdeos por 38 años y brazo derecho del hombre de negocios parisino Bruno Ledoux.

Dos íconos de la Côte Basque Bling –en referencia a esa estética de portar grandes colgantes de metal brillante–, tan fanáticos del rugby como yo, o quizás incluso menos.

En el seno de la sección de rugby amateur es obligado reconocer que el final de la era Serge Blanco tampoco ha hecho llorar a nadie en el vestuario. Se critica el método, un poco abrupto, pero se considera normal que los que tienen la pasta sean los que decidan.

De hecho, esta ya era la situación con Serge Kampf, aunque su conexión casi filial con Blanco garantizaba un pequeño suplemento de alma. Es también un modelo cada vez más popular: Altrad en Montpellier, Boudjellal en Toulon, Lorenzetti en Racing 92. Una realidad que, sin embargo, merecería ser cuestionada, aunque solo fuera a través del prisma suficientemente abrumador del fútbol.

El club de rugby amateur no está allí. Habiéndose comprometido Santa Claus Gufflet a asegurar el futuro financiero del BOPB para los próximos tres años, los Baby BOs –el equipo filial–, asegurando que se encuentra en una situación extremadamente precaria, también quiere su parte del tesoro. Y para ello exhiben su balance, los Lucu, Placine, Arrate o Roumat, que han pasado al menos seis años de formación en el club.

Sin embargo, que Ledoux y sus esbirros se comprometan claramente con el deporte amateur es tan poco probable como que yo me ponga a patear drops en un día lluvioso. Ellos no cometieron ese error. Ni la prensa –Ledoux es accionista del grupo ‘Libération’ y se ha hecho cargo de ‘Surf Session’– ni el deporte profesional son conocidos por permitir que almacene el máximo beneficio posible. Al contrario, el efecto «alojamiento y champagne a voluntad» es perfecto en términos de imagen y poder.

Y mientras los focos mediáticos se canalizan hacia el deporte espectáculo, el deporte amateur que estructura la vida de nuestros jóvenes se encuentra en la sombra y con las mayores dificultades. Esta es la reflexión principal que ha faltado en cada proyecto de fusión, que nuevamente el aficionado no quiere al entender que no se le tiene en cuenta.

Es alrededor de nuestros jóvenes donde hay que estructurar, en un modelo ascendente, el rugby. Como el resto de disciplinas. Integrando las exigencias en el recorrido deportivo, escolar, profesional.

Y es este deporte el que también debe ser financiado. A toda costa y no a cualquier precio.Este deporte que no encuentra ‘filántropos’ para acompañarlo. A menos que la ciudad decida pagar los 600.000 euros anteriormente reservados para BOPB para las diez secciones amateurs de Biarritz Olympique, que no carecen ni de ganas ni de ambición, sino de medios. Les dejo, voy a lanzar unas patadas.