@zalduariz
GINEBRA

Henri Dunant Centre, un reposo para la paz a orillas del lago Leman

El Henri Dunant Centre for Humanitarian Dialogue, que recibe su nombre en honor al fundador de la Cruz Roja, es una institución implicada en procesos de paz a lo largo y ancho del globo, con numerosas experiencias exitosas. Aunque es una fundación de carácter privado, mantiene unas más que correctas relaciones con el Estado suizo, que proporciona privilegios e inmunidad a sus representantes.

Villa Plantamour, sede del centro Henri Dunant en Ginebra. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)
Villa Plantamour, sede del centro Henri Dunant en Ginebra. (Jagoba MANTEROLA/FOKU)

Entre la infinidad de organismos e instituciones relacionados con la diplomacia que en Ginebra florecen en cualquier esquina, hay una que se destaca por su labor en la resolución de conflictos en el mundo: el Henri Dunant Centre for Humanitarian Dialogue (HDC), responsable del acto realizado este mediodía en el que la comunidad internacional ha podido certificar el final de ETA.

La importancia del HDC, nacido en 1999 como organización no gubernamental, está reconocida por el propio Gobierno suizo, que hace tres años decidió otorgar a sus representantes privilegios e inmunidades propias de cargos diplomáticos. «A la vista de las importantes tareas del Centre for Humanitarian Dialogue y su destacado rol en la mediación de conflictos armados, el Consejo Federal decidió proporcionar al centro un estatus especial, a través de un acuerdo sobre privilegios e inmunidades», informó en 2015 una nota del principal órgano ejecutivo de Suiza.

En dos décadas de vida, el HDC ha intervenido en decenas de conflictos armados como agente facilitador de la comunicación y, llegado el caso, de la negociación entre las partes enfrentadas. La mayoría de intervenciones son discretas y apenas llegan a la luz pública –por ejemplo, si bien es conocida su implicación en la resolución del conflicto vasco desde hace años, en su web no aparece ninguna referencia al caso de Euskal Herria–. Sin embargo, en la web sí que recogen misiones ya realizadas en Túnez, Aceh (indonesia), Kenia, Nepal o Timor Este, entre otros. En la actualidad, el HDC está presente de forma pública en lugares como el Sahel o el Mar de la China Meridional, así como en una quincena de países.

Javier Solana, presidente honorífico

Aunque tiene delegaciones en ocho países de todo el globo, la sede del HDC está situada a orillas del lago Leman, en un coqueto chalet del siglo XIX llamado Villa Plantamour que la ciudad de Ginebra cedió al Henri Dunant Centre tan pronto como se fundó. Es el escenario público de una entidad que cuenta con un centenar de expertos en su staff, encabezado por su director ejecutivo, David Harland, un diplomático neozelandés con una amplia trayectoria en diversos organismos de la ONU. Él ha sido hoy el encargado de anunciar la decisión de ETA.

Además del staff, dado que el centro tiene el carácter legal de fundación, el HDC cuenta un Consejo que se reúne dos veces al año para supervisar sus actividades. Desde 2010, el presidente honorario de este Consejo es Javier Solana, ex alto representante de la UE para la Política Exterior y la Seguridad Común. Aunque hay que dejar claro que Solana no participa en el día a día del centro, Voces contra el Terrorismo, la plataforma de Francisco José Alcaraz, no tuvo reparos en presentar una denuncia en la Audiencia Nacional española contra el exministro del PSOE por encubrimiento, enaltecimiento y humillación a las víctimas.

El Henri Dunant y Euskal Herria

La relación del Henri Dunant con el conflicto vasco no arranca en este último episodio, sino que empieza en el anterior proceso de negociación entre ETA y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, entre los años 2004 y 2007. De hecho, algunas informaciones aseguran que fue el propio Solana el que sugirió el HDC como mediador en aquella negociación.

Aunque aquel proceso fracasó, la interlocución entre el HDC y ETA siguió hasta el punto de convertirse en un agente crucial en el proceso que arranca con la Declaración de Aiete y el «cese definitivo». Por ejemplo, tal y como recoge Iñaki Egaña en el libro ‘El desarme, la vía vasca’, el Henri Dunant fue clave a la hora de lograr que Noruega acogiese una delegación de ETA durante varios meses, a la espera de que el Gobierno español se sentase a negociar tras el cese definitivo de la actividad armada anunciado en 2011.

Aquella negociación ni siquiera arrancó, pero el HDC siguió comprometido con la paz en Euskal Herria, como lo muestra, sin ir más lejos, que haya sido su sede, a orillas del lago Leman, el lugar que ha acogido este mediodía el acto del final de ETA.