Varios estados miembros y la propia ONU han reclamado una investigación independiente sobre lo sucedido ayer en Gaza, donde 60 palestinos murieron por disparos israelíes y han exigido a Israel que limite el uso de la fuerza. El único país que se ha desmarcado claramente del sentir general del Consejo de Seguridad ha sido EEUU, el gran aliado de Israel, que ha culpado exclusivamente de la violencia a Hamás y le ha acusado de utilizar a civiles como escudos humanos para tratar de llevar a cabo ataques.

«¿Quién entre nosotros aceptaría este tipo de actividad en su frontera? Ningún país en esta sala actuaría con más contención que Israel», ha señalado la embajadora estadounidense, Nikki Haley, durante el debate. EEUU ha impedido que el Consejo de Seguridad adoptase una declaración sobre los hechos, en la que se pedía una investigación imparcial.

Haley, además, ha asegurado que lo sucedido ayer no tiene ninguna conexión con el traslado de la embajada de EEUU a Jerusalem y ha acusado a Irán de estar detrás de «los terroristas de Hamas».

Por contra, el resto de estados miembro ha mostrado su rechazo. Bolivia, por ejemplo, ha pedido que la Corte Penal Internacional (CPI) investigue los crímenes cometidos contra los palestinos durante las manifestaciones de las últimas semanas.

Otros, como los países de la Unión Europea, han insisitido en que «las fuerzas de seguridad israelíes deben abstenerse de un uso excesivo de la fuerza contra civiles desarmados». «El uso de la fuerza letal debe ejercerse con la máxima contención y solo como último recurso para proteger vidas», han apuntado en una declaración conjunta el Estado francés, el Reino Unido, Holanda, Suecia y Polonia.

Los estados árabes también han querido mostrar su unidad y han apoyado al embajador palestino, Riyad Mansur, que ha criticado la inacción de Naciones Unidas ante el sufrimiento de la población civil. Kuwait, el representante árabe en el Consejo de Seguridad, ha anunciado que tiene previsto presentar una propuesta de resolución para que se ofrezca protección internacional a los civiles palestinos.

Israel, por su parte, ha defendido que lo que otros llaman manifestaciones son «disturbios violentos» en los que se está intentando penetrar en territorio israelí para causar daños.