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La consejera San José destaca la «clara tendencia a la baja» de la siniestralidad en los últimos años

La consejera de Trabajo y Justicia de Lakua, María Jesús San José, ha afirmado que, «con picos de sierra», la siniestralidad ha presentado durante los últimos años «una clara tendencia a la baja», si bien ha lamentado que «una gran parte de los accidentes son propios del siglo XIX».

Concentración celebrada el pasado mes de abril en Gasteiz tras la muerte de un transportista. (Juanan RUIZ/FOKU)
Concentración celebrada el pasado mes de abril en Gasteiz tras la muerte de un transportista. (Juanan RUIZ/FOKU)

«Si observamos la evolución desde el año 2000 vemos que de la cifra de 55.212 accidentes, sumando los accidentes en jornada laboral y los in itinere, hemos descendido a los 33.398 de 2017», ha resaltado San José, para subrayar que son datos que no llevan a la «autocomplacencia, porque en esta materia siempre estamos condenados a la insatisfacción».

La consejera ha realizado estas manifestaciones durante la presentación de los datos del Informe Anual de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales correspondiente a 2017 que elabora el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, Osalan.

En el conjunto de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se registraron un total de 29.484 accidentes de trabajo con baja en jornada laboral notificados a la autoridad laboral en 2017, 25 de ellos mortales –54 en Euskal Herria–, 155 graves y 29.304 leves.

De este modo, se redujo en un 26% el número de accidentes mortales en la CAV respecto a 2016, aunque se incrementaron los de carácter leve (un 6%) y graves (un 12%). Igualmente, en el primer semestre de 2018 se ha producido un incremento del 1,6% en el número total de accidentes laborales con baja (18.697).

El informe 2017 de Osalan corresponde a una población trabajadora de algo más de 775.000 personas, de las que un 74% trabaja en el sector servicios y un 20% en el industrial. El 6% restante corresponde a 33.600 trabajadores del sector de la construcción y a 8.800 del primario. No se computan a los autónomos sin protección por contingencia profesional.

La mayor incidencia de accidentes con baja en jornada laboral se dio en la construcción (85,73% por cada 1.000 personas trabajadoras) y en el sector primario (75,36%), seguidos de la industria (64,76%) y, finalmente, servicios (27,37%).

Los accidentes laborales están ocasionados, según ha recordado San José, por «hechos anormales anteriores al mismo», como movimiento del cuerpo como consecuencia de algún factor externo o movimiento del cuerpo con esfuerzo físico.

In itinere

Del mismo modo, el total de accidentes con baja in itinere en el año 2017 fue de 3.914, lo que supuso un aumento del 11% en relación a 2016. 3.873 de ellos fueron leves, 35 graves y 6 mortales.

Si se analiza por sexos, los hombres sufren el 74,3% de los accidentes en jornada y las mujeres, en cambio, in itinere (el 57%). Por otra parte, son también los hombres quienes sufren en mayor medida los accidentes graves y mortales (el 82,35%).

El grupo de edad del trabajador es una característica que parece marcar diferencias en el riesgo y en diferente sentido en hombres y mujeres. Así, los hombres con menor riesgo son los de más edad (45 años y más), que presentan un riesgo un 23% menor que los más jóvenes (de 16 a 24 años). Los de edad intermedia también presentan un riesgo intermedio (16% menor).

Entre las mujeres, sin embargo, el riesgo mayor se corresponde con el grupo de más edad, un 30% más que las más jóvenes y más de un 40% que el grupo de edad intermedia.

Por otro lado, los accidentes ocurridos en los primeros seis meses de trabajo supusieron el 22,86% de los registrados en jornada de trabajo y el 22,15% de los in itinere, por lo que más de uno de cada cinco accidentes se producen en ese primer medio año de trabajo. «El plan de acogida a los nuevos trabajadores ha de ser esencial para evitar este tipo de datos», ha manifestado el director general de Osalan, Alberto Alonso.

Enfermedad profesional

Durante el pasado año 2017 se declararon 3.080 partes de enfermedad profesional. De ellos, 2.800 se consideraron finalmente como enfermedades profesionales, 1.957 declarados como enfermedades nuevas y 843 como episodios de recaídas. De este modo, se contabilizaron 227 partes más de enfermedad profesional que en el año 2016, lo que supuso un incremento del 9%, con una incidencia un 4% mayor en las mujeres frente a un 2,7% en los hombres.

La mayor incidencia de enfermedades profesionales en el grupo de mayor edad en hombres se debe a la elevada frecuencia de hipoacusias en este grupo de edad, mientras que en las mujeres es consecuencia del mayor peso de las patologías musculo-tendinosas y los síndromes del túnel del carpo.

A este respecto, Alonso ha destacado que el actual sistema de vigilancia permite «afinar» cada vez con más detalle en este apartado, lo que ha posibilitado que «afloren» cada vez más enfermedades profesionales.

«Propios del siglo XIX»

Por su parte, San José ha insistido en que «ningún esfuerzo, ningún paso, ningún gesto es baldío para garantizar la seguridad e integridad de los trabajadores en su empleo», y ha lamentado que «no deja de ser cierto que una gran parte de los accidentes laborales que seguimos registrando en el siglo XXI son propios del siglo XIX: caídas, golpes, vuelcos, derrames, resbalones, caída de cargas, movimientos del cuerpo, choques, cortes...», ha enumerado.

Igualmente, ha tenido un «recuerdo especial» para todos aquellos trabajadores fallecidos o gravemente lesionados en sus puestos de trabajo y sus allegados, «que nos recuerdan que hacer frente a este problema es incumbencia de todos los estamentos implicados». «Cada uno tiene su responsabilidad, sí, pero nos incumbe a todos y todas», ha agregado.

Además, ha subrayado que la visión de Osalan y la del Gobierno es que muchos de los riesgos son «evitables» y lo son, por tanto, los accidentes y las enfermedades profesionales.

«Tiene que calar hondo una idea básica, y es que no podremos hablar de un modelo equilibrado de sociedad o un modelo social europeo si no nos comprometemos en serio con la seguridad en el trabajo; dicho de otro modo, no existe un trabajo decente si no es un trabajo seguro», ha apuntado la consejera.

Asimismo, ha llamado a «tener siempre presente» el objetivo de la prevención de los riesgos laborales, «por respeto a la vida de quienes día a día desarrollan su labor sabiendo que el puesto de trabajo es su principal patrimonio y porque no es posible concebir un tejido productivo que conviva de manera 'familiar' con las situaciones de riesgo», ha concluido.