La 102ª edición del Giro, que se disputará del 11 de mayo al 2 de junio de 2019, volverá a empezar en Bolonia, algo que ya ocurrió en 1994, y tendrá tres etapas que se disputarán enteramente en la región de Emilia Romagna, al norte.

La primera jornada será una contrarreloj de 8,2 kilómetros que saldrá de Bolonia y terminará en el cerro de San Luca, con una subida de 2,1 kilómetros con un promedio de pendientes del 9,7% y tramos que alcanzan el 16%.

En la segunda etapa, los corredores saldrán de Bolonia y pedalearán hacia el sur de la península, con final en una ciudad que todavía no ha sido desvelada por los organizadores.

La región norteña volverá a ser protagonista en la novena etapa, con otra contrarreloj, esta vez de 34,7 kilómetros, que se correrá el 20 de mayo entre las localidades de Riccione y San Marino.

Los primeros 20 kilómetros serán planos mientras que el tramo final será muy exigente, con una subida que irá intensificándose hasta llegar a la meta de San Marino, con pendientes que superan el 10%.

Tras la segunda contrarreloj del Giro, los corredores disputarán la última etapa completamente organizada en Emilia Romagna con un recorrido de 147 kilómetros entre Rávena y Módena.

El consejero delegado del Giro, Paolo Bellino, que ha participado en el acto de presentación organizado en Bolonia, ha informado además de que la próxima carrera rosa se disputará «casi completamente» en Italia, después de que el año pasado empezara en Israel.

«Después de 25 años y por segunda vez en su historia el Giro empezará desde Bolonia. Nos dará la posibilidad de mostrar al mundo la excelencia de Italia, empezando por una estupenda región como Emilia Romagna», ha indicado.