NAIZ
MADRID

Conflicto diplomático entre las autoridades españolas y flamencas por la situación en Catalunya

El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha reconocido que retirar el estatus diplomático al representante del Gobierno flamenco en el Estado por sus declaraciones sobre Catalunya y el proceso independentista es «ya en sí un conflicto diplomático». El presidente de Flandes ha pedido al Ejecutivo belga que convoque a la embajadora española, algo que «no tiene intención» de hacer.

El ministro español de Exteriores, Josep Borrell, en una imagen de archivo. (MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES)
El ministro español de Exteriores, Josep Borrell, en una imagen de archivo. (MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES)

«No vamos a quitarle importancia a las cosas», ha dicho Borrell apenas unas horas después de recibir en su despacho al embajador belga en el Estado español, Marc Calcoen, y comunicarle la retirada de la condición diplomática al delegado de Flandes, André Hebbelinck, e informarle  de que no se lo concederá a ningún otro que le vaya a suceder.

Borrell ha justificado la medida en que «España no puede permitirse que, una vez tras otra, el presidente de un Parlamento actuando como tal diga que somos un país que tiene que ser expulsado de la UE», como ha hecho en tres ocasiones el de Flandes, Jaen Peumans. «Hemos advertido tres veces, y a la tercera va la vencida», ha añadido.

El ministro ha añadido que, a título personal, Peumans «puede decir lo que le venga en gana» pero no hacer esas afirmaciones en cartas «con sello y membrete del Parlamento» que, según lo que él sabe, «no se ha pronunciado sobre el tema».

«Eso ningún país que se respete lo puede tolerar», ha remachado.

Precisamente, una carta de Peumans a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell –actualmente en prisión provisional– cuestionando la actuación española respecto al proceso independentista en Catalunya fue el origen de las protestas diplomáticas del Ejecutivo español ante el embajador belga, protestas que han ido elevándose cuando Peumans ha reiterado públicamente sus manifestaciones.

Tras el anuncio de Borrell, el presidente de Flandes, Geert Bourgeois, ha calificado como «un acto muy hostil» e inédito en la Unión Europea la retirada del estatus diplomático a André Hebbelinck.

Por ello, ha pedido al ministro belga de Exteriores, Didier Reynders, a convocar a la embajadora española, Beatriz Larrotcha, como respuesta al anuncio de Borrell. Un portavoz de Reynders ha manifestado que «no tiene intención» de convocar a Larrotcha. 

El presidente de la Generalitat catalana, Quim Torra, ha tachado de «inconcebible» la actitud del ministro de Borrell con Flandes y le ha reprochado que dedique «el 100 %» de su tiempo a combatir la independencia y a buscar «enemigos» en el extranjero. Le ha instado a dedicarse «a otras cosas» en lugar de «poner palos en las ruedas» a la libertad de expresión de las autoridades flamencas.

El Govern ha anunciado que seguirá trabajando para «fortalecer las relaciones» con el Ejecutivo flamenco.

Destituido el cónsul honorario de Grecia

En paralelo, el cónsul general honorario de Grecia en Barcelona, Fernando Turró, ha sido destituido por el embajador griego en el Estado, Christodoulos Lazaris, a petición de Borrell.

Fuentes de Exteriores han precisado que Turró ha acudido a «varios actos que no son propios» de la condición diplomática, como participar en una manifestación con motivo de la Diada luciendo símbolos independentistas, incluida una camiseta con la estelada.

Además, Turró habría participado a finales de 2017 en un acto público junto con Carles Puigdemont.

El propio Borrell ha anunciado que la Embajada griega va a cesar a su cónsul honorario en Barcelona por «agraviar a la bandera del Estado español en la calle». «Eso un cónsul no lo puede hacer», ha remachado.

{Un ciudadano de a pie puede hacer lo que quiera porque aquí tenemos una libertad de expresión tan amplia que permite quemar la bandera nacional o la imagen del Rey, pero un cónsul no, y si me entero de que lo hace llamo al embajador y le pido el cese, pero a veces no hace falta porque el embajador se ha enterado y lo hace él mismo», ha dicho Borrell.