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Hallan sin vida al forense argentino que dijo que a Nisman lo mataron

El forense argentino Osvaldo Hugo Raffo, quien en su momento afirmó que al fiscal Alberto Nisman lo mataron, ha sido hallado muerto por un balazo en la cabeza en la bañera de su casa con unas notas en las que afirma su suicidio por una enfermedad.

El fallecido forense Olvaldo Hugo Raffo, en el centro. (NAIZ)
El fallecido forense Olvaldo Hugo Raffo, en el centro. (NAIZ)

«No soporto más los dolores que me aquejan. No se culpe a nadie de mi muerte. Dios me perdone». Así dice uno de los escritos encontrados en un cuaderno en la casa del forense argentino Osvaldo Hugo Raffo, en Buenos Aires, con la palabra «juez» como destinatario. Junto a esta se ha encontrado otro escrito dedicado a su empleada que decía: «Silvia, no te asustes. No subas sola. Dios te guarde».

Su cuerpo fue hallado el lunes acostado en la bañera, boca arriba, vestido con una bata negra y un pantalón corto. Presentaba un disparo en la cabeza y tenía un revólver calibre 38 en su mano derecha.

El forense fallecido fue uno de los que mantuvo con mayor insistencia que la muerte del fiscal Alberto Nisman, que fue encontrado hace más de cuatro años en su casa con un disparo en la cabeza, no se correspondía con un suicidio, si no que se trataba de una «asesinato».

Aquel caso sigue sin una resolución por parte de la Justicia, que no pudo esclarecer las causas del fallecimiento de Nisman, que en el momento de su muerte se encontraba investigando el atentado de 1994 contra la mutua judía AMIA.

Fernández, acusada de encumbrimiento

Pocos días antes de su muerte, Nisman había acusado públicamente a la entonces presidenta, Cristina Fernández (2007-2015), de encubrir por intereses geopolíticos y comerciales a los sospechosos iraníes del atentado, pero en la víspera de sostener en el Congreso su polémica denuncia –sus críticos argumentan que era endeble y carecía de pruebas–, el fiscal fue encontrado muerto.

Las primeras pericias aseguraron que no habían actuado terceras personas, una conclusión que apuntaba hacia el suicidio, pero tras el cambio de juez –y de Gobierno– el caso dio un giro de 180 grados. A finales de 2017, un nuevo análisis encabezado por la Gendarmería, una fuerza que no había participado en las primeras investigaciones, desmintió el primero y estableció su versión: dos personas drogaron con ketamina, golpearon y asesinaron al fiscal, al tiempo que manipularon la escena para simular un suicidio.