Después de la excelente temporada de Bidasoa-Irun, qué mejor que despedir el curso en casa. Así lo ha hecho el conjunto dirigido por Jacobo Cuétara, y lo ha hecho, además, con victoria ante el Liberbank Cuenca (27-21), que peleaba por la cuarta posición final.

El bocinazo final ha dado paso a un sinfín de celebraciones, que han comenzado por la mañana, con una paellada popular en las inmediaciones de Artaleku y una kalejira previa al choque. Ya dentro del polideportivo, Bidasoa-Irun no ha querido entristecer el ambiente festivo y si bien ha mantenido una dura lucha ante el Cuenca en la primera media hora (13-11 al descanso), en la segunda parte los locales han abierto brecha en el marcador.

Pero el Cuenca se jugaba la cuarta plaza, y no ha querido dejarse llevar antes de tiempo. De hecho, en el minuto 47 los visitantes han logrado empatar el encuentro (18-18) tras un parcial de 0-4. Ha sido un espejismo, porque acto seguido Bidasoa-Irun se la ha devuelto con otro parcial de 5-0 (23-18) y ya no ha cesado hasta llevarse el triunfo.

Los parciales cada cinco minutos han sido los siguientes: 2-2, 4-4, 7-5, 8-7, 10-9, 13-11 (descanso), 15-12, 18-14, 18-17, 21-18, 23-19, 27-21 (final).

El final de los 60 minutos ha dado paso a las celebraciones. Primero, con el homenaje a Iñigo Aldaba, extremo izquierdo de 21 años que aparca el balonmano para centrarse en los estudios. La del joven jugador es la única baja confirmada de una plantilla en la que todos tienen contrato para el próximo curso, salvo Leo Renaud e Iñaki Cavero, que se espera también renovarán.

Estaba previsto que después de los actos en Artaleku la fiesta se trasladase de nuevo a la carpa, donde la plantilla iba a firmar los pósters a los aficionados y, por último, una nueva kalejira, ya con los jugadores, cuerpo técnico y afición, iba a descender por la calle Mayor hasta la plaza de San Juan para poner fin a esta inolvidable temporada.