NAIZ
Donostia

El juicio contra el agresor de Izar comenzará el 10 de setiembre

La plataforma en apoyo a Sara Majarenas y su hija Izar ha informado de que el juicio contra el agresor de la menor comenzará el 10 de setiembre. Este viernes comparecerán ante los medios precisar las movilizaciones pertinentes.

Movilización en apoyo a Sara Majarenas e Izar, en marzo de 2017.(Juan Carlos RUIZ/FOKU)
Movilización en apoyo a Sara Majarenas e Izar, en marzo de 2017.(Juan Carlos RUIZ/FOKU)

El juicio contra el agresor de Izar, hija de Sara Majarenas, comenzará el 10 de setiembre, según ha podido saber NAIZ. El juicio se celebrará en la Audiencia Provincial de Valencia. La Fiscalía y la acusación particular piden 30 años de prisión y 7 de años de libertad vigilada por «asesinato en grado de tentativa».

La plataforma en apoyo a Majarenas e Izar comparecerá ante los medios en la Casa de Mujeres de Donostia para dar más detalles sobre las movilizaciones que plantean organizar con motivo del juicio.

Stytianos Messinezis, padre de la niña y expareja de Sara Majarenas, quedó en libertad provisional en febrero por considerar el juzgado que la instrucción se había «excedido en el tiempo» y que la prisión provisional es una «medida excepcionalísima». La Fiscalía como la acusación particular solicitaron su encarcelamiento hasta la celebración del juicio pero el pasado 13 de junio el juez decidió que el agresor de Izar continuase en libertad hasta que se celebre el juicio, al no ver motivos para cambiar su situación procesal.

El agresor tiene que comparecer diariamente ante la Guardia Civil y semanalmente en sede judicial. Se le prohíbe la entrada, estancia o residencia en la CAV al tiempo que se le impone la prohibición de aproximarse a Majarenas e Izar a menos de 2.000 metros de su domicilio, lugar de trabajo, centro escolar o domicilio de los progenitores de Sara Majarenas.

Familiares de Sara Majarenas e Izar desvelaron que las medidas cautelares impuestas al agresor conllevan que Majarenas tenga que llevar permanentemente un dispositivo para estar todo el tiempo localizada y cargar su batería cada ocho horas, además de no poder salir de la CAV «por miedo» dado que la limitación de movimiento del agresor solo se ciñe a ese territorio.

Por su parte, Izar tiene que estar igualmente vigilada, se le acompaña a la ikastola cada mañana y se vigila su salida cada tarde, con el estrés que ello supone para la pequeña y su familia.