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Evacúan del Ocean Viking a una mujer embarazada de nueve meses por complicaciones médicas

Una mujer embarazada de nueve meses y su esposo, rescatados el pasado día 8 por el Ocean Viking, el barco de búsqueda y rescate operado por Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Méditerranée, han sido evacuados en helicóptero a Malta debido a complicaciones médicas que podrían poner en riesgo la vida de la madre y del bebé, ha informado MSF.

Una mujer embarazada de nueve meses rescatada el pasado día 8 por el barco humanitario Ocean Viking ha tenido que ser trasladada a Malta por complicaciones médicas.

Según ha explicado Erkinalp Kesikli, coordinador de MSF a bordo del Ocean Viking, «las evaluaciones iniciales indicaban que se encontraban bien, pero el último examen realizado por la matrona y el equipo médico indicó que la madre había desarrollado una complicación médica grave que podría poner en riesgo su vida y la del bebé».

«Para la mayoría de las personas, probablemente sea impensable que una mujer con un embarazo avanzado o una familia con hijos tomen la decisión de arriesgar sus vidas en el mar en lugar de permanecer en Libia. Pero muchos de los pacientes que los equipos médicos de MSF han atendido a bordo presentan cicatrices de violencia física, como disparos y heridas por apuñalamiento», denuncia Kesikli.
 
«Les cuentan a nuestros médicos que les han quemado la piel con plástico derretido y les han golpeado con barras de madera o metal. Y estas son solo las lesiones físicas. Hay historias aún más horribles de abusos y explotación que a muchos les han dejado heridaspsicológicas y traumas», subraya.

Un total de 82 personas permanecen en el Ocean Viking, «esperando que se designe un puerto seguro para poner fin a su terrible experiencia», remarca Kesikli.
 
El Ocean Viking ha enviado una solicitud de lugar seguro a las autoridades italianas y maltesas después de que el Centro de Coordinación de Rescate de Libia sugiriera que las llevara de regreso a Libia.

«Los estados europeos deben analizar detenidamente el papel que están desempeñando para traumatizar aún más a estas personas, al retrasar innecesariamente su desembarco en un lugar seguro y continuar apoyando un sistema que las atrapa en Libia», recalca el coordinador de MSF.

Traslado de 34 rescatados desde un velero

En la noche del día 9, 34 personas, entre ellas 28 hombres, 6 mujeres, una de ellas embarazada y un bebé de menos de un año de edad, fueron transferidas desde el velero Josefa al Ocean Viking. El velero, de solo 14 metros de eslora y gestionado por la ONG alemana Resqship, había rescatado a esas personas unas horas antes y había solicitado asistencia médica a los equipos del Ocean Viking.

Un equipo de MSF subió a bordo para realizar una primera evaluación. «MSF y SOS Méditerranée confirmaron la situación de emergencia a bordo del velero y el riesgo de hipotermia y de caída al agua de las personas rescatadas por el empeoramiento de las condiciones climatológicas; grandes olas, vientos de hasta 25 nudos y lluvia. El traslado se completó en aguas internacionales, a 60 millas náuticas de la costa libia», recuerda MSF en su comunicado.

Estas 34 personas se sumaron a las 50 rescatadas por el Ocean Viking un día antes, el día 8. Alrededor de las 13.30, avistaron una balsa neumática azul desde el puente del Ocean Viking. El bote estaba a unas 14 millas náuticas (26 kilómetros) de la costa libia, al oeste de Trípoli.

Dos lanchas de salvamento del Ocean Viking fueron lanzadas para llevar a cabo una primera evaluación de la balsa. «El bote de goma estaba abarrotado y a bordo viajaba una mujer en avanzado estado de embarazo. Uno de los tubos de goma del bote comenzó a desinflarse durante el rescate. El rescate duró unas tres horas tras las cuales 50 personas fueron llevadas de manera segura a bordo», recuerda MSF.

De once países

Los rescatados, precisa, proceden de once países: Camerún, Chad, Egipto, Gambia, Guinea, Guinea Bissau, Costa Marfil, Mali, Nigeria, Senegal y Somalia.

«Todos los jóvenes con los que he hablado hasta ahora han pasado por Libia y han vivido allí largos períodos debido a múltiples intentos fallidos de huir por mar. Muchos fueron interceptados y devueltos a la fuerza a centros de detención; algunos fueron capturados por traficantes que les infringieron una violencia física y psicológica brutal. Hablé con un joven de 17 años que ha pasado sus últimos seis años en Libia atrapado en un ciclo de cautiverio, huida, trabajos forzados (a menudo no remunerados) e intentos fallidos de cruzar el mar. Tiene cicatrices en todo el cuerpo provocadas por el plástico derretido que vertieron sus captores. Ha sufrido muchas palizas, privación de comida y agua, y descargas eléctricas. Me dijo que en el bote se encontraba tan mal que pensó que moriría en el mar. Dijo que estaba listo para morir, que estaba cansado de todo ese sufrimiento. Ha sido devastador hablar con un joven de 17 años que había padecido tantos horrores que estaba cansado de vivir», explica Yuka Crickmar, responsable de Asuntos Humanitarios de MSF en el Ocean Viking.
 
«Si estas personas no hubieran sido rescatadas, se habrían ahogado en el mar o habrían sido forzadas a regresar a Libia, el país del que huían», destaca Yuka.