Ramón Sola

El jugadón «seis para dos» (y no fue gol) que resume el estilo Arrasate en Osasuna

El Osasuna-Betis acabó 0-0 pero dejó en la retina una jugada que resume a la perfección el estilo implantado por Jagoba Arrasate desde su llegada: velocidad extrema en las transición, vocación ofensiva, valor de los laterales... No fue gol, pero ese relámpago rojo explica 28 partidos seguidos sin perder en El Sadar.

Seis rojillos lanzados al ataque contra dos béticos. (LALIGA-YOUTUBE)
Seis rojillos lanzados al ataque contra dos béticos. (LALIGA-YOUTUBE)

Cuando el viernes noche en sala de prensa el entrenador del Betis, Rubí, comparó esa jugada como un ataque de «indios», es muy improbable que supiera que el mismo término utilizó en 1980 Paquito, entonces entrenador del Valladolid, para referirse al Osasuna de los Etxeberria, Irigibel y Martin, lanzados como flechas por la cerbatana de Clemente Iriarte y con Pepe Alzate como gran jefe en el banquillo.

Casi 40 años después, aquel estilo ha sido revivido desde el banquillo por Jagoba Arrasate y los resultados están a la vista: 28 partidos sin perder en liga en El Sadar (este 1 de octubre se cumplirá año y medio de la última derrota ante el Tenerife) y también 15 consecutivos ya sin perder incluyendo los partidos de fuera (también fueron «culpables» los canarios, allá por marzo, en el Heliodoro).

Se refiría Rubí al contrataque brutal desatado por Osasuna en el minuto 42, tras el saque de una falta que despejó la defensa: un «seis a dos» muy poca veces visto en un partido de una liga grande, una estampida que fusionó varias características del relámpago rojo de Arrasate:

-Velocidad en las transiciones: La electricidad en ataque es la característica principal de Osasuna bajo la batuta del de Berriatua, bien con pases largos (en las cinco primeras jornadas de Liga domina ese ránking) o bien en combinaciones cortas al primer toque. Pasaron menos de quince segundos desde que el Betis lanzó la falta hasta el balón acabó en la otra puerta.

-Voracidad ofensiva: Bromeó Arrasate en sala de prensa con que en plena jugada miró a Bittor Alkiza (segundo entrenador) por si podían parar a algún jugador, pero no... la consigna rojilla en esta campaña y pico es atacar prácticamente siempre que se vea opción, y más aún si puede hacerse a la carrera, a campo abierto.

-Precisión técnica: La jugada tampoco se entiende sin la calidad en la salida de Rubén García ni el recorte y el «tempus» que le pone el debutante Adrián para dejar ante el portero a Chimy Avila. La apuesta del míster por calidad en los tres cuartos es cada vez más acentuada: ante el Betis alineó ahí a tres «jugones», los dos citados y Torres. Menos calidad hay, por contra, en la punta con Brandon o Chimy Ávila, como mostró el final de la jugada.

-Importancia de los laterales: Entre los seis rojillos que llegan al área no faltaban los dos laterales, Nacho Vidal y Estupiñán. Tampoco se trata una anécdota puntual de partido, sino de otra seña de identidad, que se mantiene además sin salir de la línea de cuatro. Con un estilo más físico aunque menos técnico, el ecuatoriano da continuidad a la profundidad que aportaba Clerc, ahora en el Levante, por la izquierda.

-Conexión con la grada: Pocas jugadas hay más espectaculares que un contraataque, y este El Sadar lo jaleó casi empujando físicamente a los suyos. El estilo de tumba abierta de Arrasate sigue encandilando a la afición.

¡Ah! y no fue gol... pero tampoco importa tanto.